La detención de dos agentes de los servicios secretos españoles que pasaban información secreta a Estados Unidos provocó malestar en Madrid, pero el diferendo con Washington está arreglado, reveló este martes el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez.
El medio digital español El Confidencial reveló el lunes la detención de estos dos miembros del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), una información corroborada luego por tres ministros que no dieron más detalles.
La particularidad de este caso de espionaje es que benefició a Estados Unidos, país aliado con el que España, miembro de la Otan, mantiene excelentes relaciones.
Después de que tres ministros hablaron del caso antes que él, Sánchez lo comentó por primera vez durante una charla informal con un grupo de periodistas de medios internacionales en el palacio de la Moncloa -sede de gobierno-, y evitó criticar a Estados Unidos.
Admitiendo que el caso provocó malestar en Madrid, añadió que el problema estaba subsanado, sin más precisiones.
Al preguntarle durante la rueda de prensa posterior al consejo de ministros, la portavoz del Gobierno, Pilar Alegría, se limitó este martes a explicar que fue «el propio» CNI «quien lo denunció ante la Fiscalía», y prometió «la máxima colaboración» del gobierno con la investigación.
La víspera, el ministro de Justicia, Félix Bolaños, precisó que el caso se conocía «desde hace unos días».
Según la prensa española, las detenciones fueron en septiembre, y uno de los detenidos seguía en prisión mientras que el segundo fue puesto en libertad.
Se ignora qué información transmitieron a los servicios de inteligencia estadounidenses, pero la ministra de Defensa española, Margarita Robles, dijo que el caso está cubierto por el secreto oficial.
Las autoridades estadounidenses no hicieron comentarios.
Estados Unidos es «un país amigo, aliado y socio estratégico», afirmó el martes el entorno de Sánchez, donde la prioridad parecía ser evitar cualquier crisis con Washington.
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