Harvey y Maddy Rovinsky, los propietarios de una reconocida joyería en New Jersey decidieron alejarse del trabajo y heredarle su negocio familiar a los empleados más leales.
Bernie Robbins Jewelers tiene tiendas en Filadelfia y Nueva Jersey, y en un momento se centró en la venta de electrodomésticos. Ahora es uno de los establecimientos más reconocidos por vender relojes, cadenas, sortijas y piedras preciosas, tanto de distinguidas marcas como propias.
Tras su apertura en 1960, la joyería ha sido muy exitosa “vendiendo los relojes más prestigiosos del mundo, una selección de diamantes incomparable y diseñadores universalmente famosos” durante las últimas décadas.
Tras jubilarse, Harvey dijo en entrevista con Fox News que «mi esposa y yo ya no somos niños. No tenemos ninguna familia en el negocio y necesitamos un camino para la sucesión. Ya sabes, nuestra pista se está acortando y si tenemos un problema con uno de nosotros o con ambos, entonces el negocio desaparece”.
Por tanto, los Rovinsky decidieron cederle la empresa a sus colaboradores más comprometidos y con el mayor conocimiento sobre la actividad. “Dijimos: ‘Sabes, esto ha estado frente a nuestras caras todo este tiempo’. En lugar de intentar encontrar un comprador cualificado, ¿por qué no dárselo a personas que ahora lo dirigen con éxito?’”, recordó Harvey en conversación con CBS News.
«Ellos entienden nuestra cultura, entienden lo que queremos. Lo han estado haciendo, lo han estado ejecutando y hemos tenido suerte de que el aspecto económico no fuera una motivación. Así que vamos a continuar el negocio con la gente que sabe cómo manejarlo», complementó en entrevista con el citado medio.
«Hemos estado buscando una manera de continuar y mantener de empleados a personas realmente excelentes. Muchos de ellos llevan 30, 25, o 20 años con nosotros. Así que son personas a largo plazo, son como una familia”, finalizó Harvey.