Las autoridades de Brasil reportaron este miércoles un devastador saldo tras las intensas lluvias que han golpeado el sur del país. Según informes, al menos 100 personas han perdido la vida, mientras que el número de desaparecidos se ha elevado a 128 y 372 individuos han resultado heridos.
Más de 1,4 millones de personas se han visto afectadas por las lluvias en el estado de Rio Grande do Sul, siendo este el más afectado por la catástrofe natural. De este total, más de 163,000 personas se encuentran sin hogar, con 66,761 personas alojadas en refugios temporales.
La Defensa Civil estatal confirmó estos datos y está investigando otras cuatro muertes que podrían estar relacionadas con las inundaciones. La gran mayoría de los municipios de Rio Grande do Sul han sufrido daños totales o parciales a causa de las precipitaciones e inundaciones, incluida la capital regional Porto Alegre, donde el principal aeropuerto se ha visto sumergido bajo el agua.
En total, 417 de los 497 municipios de Rio Grande do Sul, lo que representa el 83.9% de ellos, han sido afectados por las fuertes lluvias. Se estima que alrededor de 230,500 personas han tenido que abandonar sus hogares en el estado, con aproximadamente 1.5 millones de personas afectadas por las inundaciones que han dejado a una parte significativa de la población sin acceso a agua y electricidad, además de ocasionar daños considerables en infraestructuras viales y urbanas.
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Los equipos de rescate y las Fuerzas Armadas continúan trabajando arduamente en la zona para localizar a más víctimas y trasladar a los sobrevivientes a lugares seguros. Muchos de los afectados solo tuvieron tiempo de refugiarse en los techos de sus viviendas.
En un evento para anunciar inversiones en infraestructura y prevención de desastres naturales, el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, advirtió que esta tragedia climática es «un aviso para el mundo» y una señal de alerta sobre el impacto del cambio climático en la humanidad.
Por su parte, el gobernador de Rio Grande do Sul, Eduardo Leite, describió la situación en el sur del país como «una situación de guerra». La Defensa Civil ha emitido una alerta instando a la población a no regresar a las zonas inundadas, especialmente en la Región Metropolitana de Porto Alegre, debido al alto riesgo tanto físico como de salud pública.
«Estos lugares aún representan un peligro significativo, tanto en términos de seguridad física como de riesgo para la salud humana debido a la posible transmisión de enfermedades», señaló un comunicado de la organización.