Internacionales.- Las autoridades de Hong Kong confirmaron este viernes que el número de fallecidos por el incendio ocurrido en la urbanización Wang Fuk Court ascendió a 128, convirtiéndose en el más mortífero en la ciudad desde 1948.
El fuego, que se inició la tarde del miércoles en los tradicionales andamios de bambú instalados para la reparación de las torres, se prolongó durante más de 40 horas antes de ser controlado.
El Departamento de Bomberos informó que las labores de búsqueda concluyeron en la mañana del viernes, tras recuperar decenas de cuerpos entre los escombros. El jefe de seguridad de la ciudad, Chris Tang, señaló que hasta el momento solo 39 víctimas han sido identificadas, mientras que se contabilizan 79 heridos y más de cien personas continúan desaparecidas.
En paralelo, una comisión local anunció la detención de ocho individuos vinculados a las obras de renovación, entre ellos jefes de obra, responsables de la oficina de remodelación, subcontratistas del andamiaje y un intermediario. Las investigaciones apuntan a posibles irregularidades y negligencias, incluyendo el mal funcionamiento de las alarmas contra incendios y el uso de materiales altamente inflamables como bambú y mallas plásticas.
La policía también arrestó a tres hombres sospechosos de haber dejado envoltorios de espuma en el lugar, lo que pudo contribuir a la propagación de las llamas. El Departamento de Trabajo reveló que había realizado 16 inspecciones en el complejo desde julio de 2024, emitiendo advertencias por escrito, la última apenas días antes del siniestro.
El gobierno local anunció medidas inmediatas, entre ellas la revisión de todas las urbanizaciones con obras en curso y la posible sustitución de los andamios de bambú por estructuras metálicas. Además, se creó un fondo de 300 millones de dólares hongkoneses (38,5 millones de dólares estadounidenses) para apoyar a las víctimas y se suspendieron las actividades relacionadas con las elecciones legislativas previstas para el 7 de diciembre.
La tragedia ha movilizado a la comunidad: en plazas públicas se instalaron puestos de ayuda con ropa, alimentos y atención médica y psicológica. La respuesta solidaria fue tan masiva que los organizadores pidieron detener las donaciones al haber superado la capacidad de distribución.
