El AC Milan ganó 1-0 en casa al Empoli, un resultado deslucido pero que permitió a los ‘rossoneri’ colocarse provisionalmente segundos en la clasificación, este domingo en la 28ª jornada de la Serie A.
El estadounidense Christian Pulisic, en el 40, firmó el único tanto del partido en San Siro contra un Empoli que es decimosexto.
El jugador de Pensilvania ya había sido protagonista el pasado jueves al firmar el tanto del 4-2 definitivo contra el Slavia de Praga en la ida de octavos de final de la Europa League, dejando la eliminatoria más cómoda para la vuelta en la República Checa, que tendrá lugar el jueves de la nueva semana.
Con 59 puntos, el Milan tiene ahora dos más que la Juventus (3ª), que necesita la victoria en su duelo también este domingo ante el Atalanta (6º) para recuperar el segundo lugar en la clasificación.
Por delante, el Inter de Milán mira sentado cómodamente en su sillón de líder destacadísimo esta batalla por el puesto virtual de subcampeón.
Los interistas ganaron 1-0 el sábado en Bolonia, firmando así un décimo triunfo consecutivo en liga y dando otro paso más hacia un ‘Scudetto’ que, salvo sufrir una hecatombe, parecen tener en la mano.
El Inter tiene 16 puntos más que su vecino Milan y cuenta con 18 más que la ‘Juve’, que en el mejor de los casos podría reducir la desventaja a 15 este domingo.
En el primer partido del domingo, el Hellas Verona (13º) ganó 1-0 en el campo del Lecce (15º), un rival directo en la carrera por la permanencia.
Este duelo estuvo marcado por una imagen inusual, la del entrenador del Lecce, Roberto D’Aversa, dando un cabezazo al delantero francés del Hellas Verona Thomas Henry.
Fue en medio de unos incidentes desencadenados al término del partido, con empujones entre jugadores e integrantes de los cuerpos técnicos de ambas formaciones.
El francés, golpeado en el pómulo derecho, fue expulsado por el árbitro, así como el entrenador del Lecce.
«Fui al campo para impedir que mis jugadores fueran expulsados, había muchas provocaciones por parte de los jugadores del Verona en los últimos minutos del partido y tras el pitido final», explicó D’Aversa a la cadena Sky Sport.
«No fue un gesto bonito, lo reconozco, no tiene disculpa y me expliqué con la gente del Verona. Pero no entré en el campo para hacer ese gesto», añadió.
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