Una dura prueba de fe tuvieron que atravesar los venezolanos en su visita a Lima para enfrentar al combinado peruano en la sexta fecha de las eliminatorias sudamericanas para el Mundial de la FIFA 2026
Con incidencias para la hinchada visitante, que se hizo sentir local haciendo retumbar el “Gloria al Bravo Pueblo”, con ganas de desquite por los operativos policiales y migratorios dentro del estadio, el encuentro comenzó con un Perú que llegó alzado a enfrentar a los venezolanos.
Perú salió con el cuchillo entre los dientes para un arranque en el primer tiempo netamente ofensivo en búsqueda de la primera victoria o por lo menos el primer gol en las eliminatorias ante los más de 38.000 hinchas que acudieron a la cita.
Con Pedro Aquino de protagonista en casi todas las jugadas, el peligro llegó para Venezuela al minuto 8´ con un remate a larga distancia que fue retenido por Rafael Romo, el guardameta venezolano.
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Conforme pasaban los minutos, Perú asfixiaba más a Venezuela, no con buen fútbol pero sí con presión y juego brusco para sacar de sus casillas a los rivales.
A los 17´ Yoshimar Yotún se perfiló y se desayunó al lateral venezolano Alexander González para abrir el marcador con un gol de testa gracias a un pase categórico de Joao Grimaldo para dejar el 1-0 parcial para los locales.
El primer gol peruano en las eliminatorias fue celebrado con los hinchas que aún creían en el combinado blanquirrojo.
El dominio peruano en el primer tiempo hizo recordar los orígenes futboleros de Venezuela, quienes en su inocencia y falta de malicia no jugaron con la misma intensidad que manejaba Perú, con jugadas de choque fuerte e insultos para descontrolar al rival.
Salomón Rondón y Yeferson Soteldo intentaron en la primera mitad pero poco lograron en el arco de un inseguro Pedro Gallese.
La presión peruana no cesó, aprovechando los errores en la salida de Venezuela. A los 36, Grimaldo sacó un remate de derecha a quemarropa qué fue atajado por Romo, quien se paró debajo de los tres palos saturado de pura fé vinotinto.
Salto de fe al segundo tiempo
Fernando “Bocha” Batista sermoneó a su combinado en el vestuario y la Vinotinto salió en el segundo tiempo dispuesta a dar ese salto de fe que le diera el empate o la victoria, en una plaza en la que nunca habían logrado nada durante toda la historia de las eliminatorias Conmebol.
El cambio de actitud venezolana fue abrumadora, ya no estaban cayendo en el desgaste psicológico que planeó Perú en el partido y la fé en la hinchada se estaba recuperando.
Al minuto 54´ ocurrió el milagro, con una divinidad de pase que llegó al botín de Jefferson Savarino que sin ningún tipo de piedad anotó el remate de derecha para colocar el 1-1 en el luminoso.
El canto de gol se escuchó en el norte y el sur de Lima, Venezuela recuperaba la localía en suelo inca y la hinchada vinotinto estaba descontrolada ante la mirada de los peruanos que veían como perdían el control del partido.
A los 56, el técnico Juan Reynoso movió su banca e hizo ingresar al mediocampista Edison Flores para recuperar la zona central y buscar la victoria.
El esfuerzo inca no tuvo efecto ante los caribeños, quienes se agrandaron e hicieron del Nacional de Lima su casa, Soteldo brilló más que nunca en la ofensiva, sin embargo, era detenido por una defensa que sin creencia entraba con todo a partir de cualquier jugada de la visita.
Con dos cambios adicionales, Perú buscó presionar pero Venezuela empezó a cerrar bien su arco para conservar el empate. Un resultado que lo deja entre los primeros cuatro lugares del clasificatorio.
A los 71, Darwin Machis sacó un remate de larga distancia que fue atajado por Gallese.
Batista, a los 84, hizo dos cambios más para asegurar el resultado.
De su lado, Reynoso hizo ingresar a Paolo Guerrero, pero no encontró nunca el gol, de hecho el limeño ni se vio en el partido.
Para los últimos minutos la ofensiva caribeña era tan fuerte que obligó a Perú a cerrarse en defensa, rezando y rogando el cierre del partido.
Los peruanos respiraron tras el pitazo final y pudieron conservar un punto en casa. Venezuela por su parte figura cuarta en la clasificación mundialista con su fé prácticamente intacta.
Perú mostrando su cara más perdedora
Después del pitazo final del árbitro principal del encuentro, los jugadores de ambas escuadras se extendieron las manos e intercambiaron abrazos. Seguido a ello, la plantilla del combinado venezolano buscó acercarse a su hinchada para agradecerle su presencia y aliento, pero la Policía Nacional del Perú (PNP) impidió su aproximación.
Salomón Rondón fue el primero en saltar el cerco entre la cancha y la grada para regalarle su camiseta a los seguidores de la Vinotinto. Tras él, Nahuel Ferraresi intentó hacer lo mismo junto a Yeferson Soteldo. Este último sí logró lanzar su prenda a la grada, pero su compañero no lo consiguió, ya que uno de los policías que rodeaban el lugar lo empujó para alejarle, advirtiéndole que estaba prohibido.
Tras esta situación, los demás futbolistas de la Vinotinto se acercaron para apoyar a su compañero, que estaba siendo afectado y la discusión pasó a mayores, con un vergonzoso altercado.
Uno de los policías intentó utilizar su porra para agredir a parte del plantel, con Ferraresi como principal víctima, y esto desató el enojo de todo el entorno venezolano, incluida la hinchada que no soportaba un abuso más de las autoridades peruanas, que no quedaron conformes con la segregación en la venta de entradas y acceso al estadio; sino que también buscaron agredir a los atletas venezolanos.
Por suerte, la compostura se mantuvo del lado venezolano y los jugadores cortaron con aplaudir a los hinchas para que estos se calmaran y retirarse al vestuario con la satisfacción de dejar a Perú de último en la clasificatoria.