Peñarol se hizo fuerte este miércoles en Montevideo, goleó 4-0 al boliviano The Strongest y viajará la semana próxima a La Paz con buenas posibilidades de pasar a los cuartos de final de la Copa Libertadores 2024 .
Los goles fueron marcados por Leonardo Fernández a los 9, Maximiliano Silvera a los 16, Jaime Báez a los 33 y Facundo Batista a los 72.
Para Peñarol el objetivo era claro: golear en casa para prácticamente asegurar la clasificación a cuartos, sabiendo que en los 3.600 m de altitud de La Paz, donde el miércoles próximo se jugará la revancha, sacar un buen resultado es tarea prácticamente imposible para los equipos uruguayos.
No le costó demasiado encaminarlo. Alentado por un repleto y entusiasta Campeón del Siglo, desde el pitazo inicial del brasileño Raphael Claus el «manya» se lanzó como una tromba sobre el arco defendido por Guillermo Viscarra.
En el primer cuarto de hora de juego, con fútbol y dinámica, ya estaba ganando por dos goles.
La goleada la inició Leonardo Fernández tras una muy jugada buena colectiva comenzada por derecha entre Javier Cabrera y el debutante Jaime Báez y culminada por el habilidoso número 8 por la otra punta, con tiro cruzado que venció al arquero visitante Guillermo Viscarra.
Cuatro minutos después a punto estuvo el propio Fernández, factótum del local, de aumentar el marcador, y a los 15 nuevamente el volante fue decisivo para gestar el segundo tanto del carbonero, asistiendo con un pase cruzado al goleador Maximiliano Silvera,que culminó de primera.
A los 36, cuándo no, «Leo» colocó un balón perfecto para que en su regreso al fútbol uruguayo tras una década en Italia Báez anotara el tercero.
La dupla funcionó otra vez a los 39, pero el cuarto gol local fue correctamente anulado por fuera de juego.
– La importancia de llamarse Leo –
Peñarol se lucía, con un Fernández ubicuo y exuberante. Y el Campeón del Siglo era una fiesta.
Se esperaba que el carbonero mantuviera en la segunda parte el vértigo de la primera. Necesitaba aumentar su marca -en La Paz nunca se sabe qué puede suceder-, pero se mostró aletargado.
A los 59 Fernández -otra vez- sacudió la modorra con un tiro libre que puso a prueba a Viscarra.
El DT Diego Aguirre había refrescado previamente a su equipo con dos cambios ofensivos.
Sin embargo, el funcionamiento de Peñarol no aparecía tan aceitado como en la parte inicial: ni en juego ni en eficacia.
Abroquelados atrás, los bolivianos solo acertaban a defenderse.
Fue en una jugada sucia, tras rebotes y empellones, que a los 72 llegó el cuarto por intermedio del recién ingresado Facundo Batista.
Hubo tiempo para que Aguirre hiciera debutar a dos recientes adquisiciones del club: el repatriado de Europa Felipe Avenatti y el joven argentino Adrián Fernández.
También para que Leonardo Fernández pudiera poner otra vez su rúbrica al cierre del partido, a los 90+3, pero su cansancio pudo más.
El primer tiro al arco del visitante había llegado a los 89, por intermedio del uruguayo Sebastián Guerrero.
Poquísimo para un Tigre que deberá sacar a relucir sus garras de local para hacer frente a un Peñarol que llegará entonado a buscar estar otra vez, después de trece años, entre los ocho mejores del principal torneo continental.
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