La conversación durante la comida ayuda al acercamiento entre los miembros de la familia, además, es un momento ideal para observar, comentar, preguntar y enterarse del día a día de los integrantes del grupo familiar. Es por esta razón que unos padres dieron una peculiar lección a sus hijas que desobedecían el llamado a sentarse en la mesa.
A través de la red social X, el usuario @ajjjmmed contó cada vez que llamaba a las niñas, de 13 y 17 años, para comer y estas no acudían en dos minutos, él y su esposa se comían una croqueta del plato. Transcurrido el tiempo, si las adolescentes seguían sin ir a la mesa, se comían el resto de las croquetas.
«Aquí había 12 croquetas, pero cada vez que llamábamos a las niñas para cenar y pasaban dos minutos sin que vinieran, mi mujer y yo nos comíamos una cada uno. Así hasta que nos hemos comido todas», dice en el posteo.
Seguidamente, el padre de familia señala que le ha brindado una lección de «educación y respeto» a sus hijas.
El hecho fue ampliamente comentado por internautas. «Bueno, está bien, a mí también me enseñaron que parte de la educación y respeto consiste en esperar a que todo el mundo esté en la mesa para empezar a comer», «¿2 minutos entre croqueta y croqueta? demasiado tiempo les habéis dado», «Si hay algo que he llegado a odiar como madre es el «ya voy» y el «estoy yendo», comentaron en la publicación viral.
Otros por el contrario, cuestionaron la acción de los padres. «No sé pero a mí mis padres no me dejan empezar a comer hasta que estén todos sentados en la mesa (esa norma se le aplica a todos), tu mujer y tú parecéis críos», «Vamos que habrán tardado como mucho 10 minutos y en vez de repetirle otra vez a vuestras hijas que ya está la comida preferís dejarlas sin cenar», «Como hagáis lo mismo cuando ponéis lentejas o algo así típico de lo que gusta menos a los niños, van a demorar aún más su presencia. Les va a compensa», «Si alguna de ellas tiene mi personalidad con situaciones similares, eventualmente ni se va a interesar o no le importará. Esto puede crear también una brecha entre padres e hijos si es constante y repetitivo», dijeron.