El cambio climático está agudizando la migración, la pobreza y el hambre en Guatemala debido al aumento del área desértica por falta de lluvias, advirtió este viernes una oenegé, que pidió terminar con la «anarquía» en el uso del agua en el país.
«Conforme el cambio climático avanza sus efectos se van agudizando y si a esto le sumamos que a nivel país no contamos con una ley marco que regule el uso del recurso del agua potable, es una anarquía el uso del agua en este momento», afirmó en rueda de prensa el gerente de agua, saneamiento e higiene de la ONG World Vision, Edwin Espina.
El experto aseguró que «cada vez más se van a ver los efectos negativos del cambio climático» en el llamado Corredor Seco, una franja que abarca 12 de los 22 departamentos de la nación centroamericana.
«El Corredor Seco abarca más del 10% del área nacional» ahora, lamentó, tras indicar que hace 10 años eran solo ocho los departamentos afectados por la sequía.
Espina afirmó que en Guatemala solo dos de cada tres personas tiene agua potable, una «brecha bastante grande» que es necesario cerrar.
«Es una cantidad significativa e importante, tenemos que llenar esa brecha antes del 2030 para llegar con acceso a agua potable segura, que es un derecho fundamental de todas las personas», como lo establecen los objetivos de desarrollo sostenible de la ONU, agregó.
Según la ONG, el 85,4% de los guatemaltecos que migran lo hacen en busca de mejores sus condiciones de vida, en un país donde el 59% de sus 17,7 millones de habitantes vive en la pobreza, según cifras oficiales.
World Vision es una organización fundada en 1950 que tiene programas en más de 100 países. Sus oficinas principales están en Monrovia, California, (EEUU) y Londres.
Para Pamela Schwartz, de World Vision, la migración también se debe a que el 75,4% de los guatemaltecos no tiene oportunidades de trabajo y el 35,2% carece de tierra para cultivar.
Miles de guatemaltecos emigran cada año hacia Estados Unidos en busca de una vida mejor, principalmente necesidades alimentarias, pero no hay cifras oficiales.
En Guatemala el 32% de la fuerza laboral vive de la agricultura, una labor poco renumerada y sometida al cambio climático y sequías.
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