La inteligencia artificial (IA) sacude el periodismo y va a provocar a corto plazo «un cambio fundamental en el ecosistema de la información», asegura el consultor David Caswell, antiguo empleado de Yahoo! y del equipo de innovación de la BBC, en una entrevista con la AFP.
Pregunta: ¿Cómo ve el periodismo del futuro?
Respuesta: No lo sabemos, aunque estamos intentando ver las posibilidades. Pero hay algunas cosas cada vez más claras: una es el hecho de que probablemente más medios de comunicación serán creados, originados y alimentados por máquinas que recopilarán informaciones y producirán más [material de] audio, video y textos.
Se trata de un cambio fundamental en el ecosistema de la información en general y en el de las noticias en particular. Es estructuralmente distinto del sistema actual. No sabemos cuánto tiempo va a llevar, quizás dos, cuatro o siete años.
Yo pienso que va a ser más rápido porque hay poca fricción. Puede que haya cuestiones judiciales, hábitos de los consumidores y de los periodistas que ralenticen el proceso. Pero no se necesitan nuevos aparatos, no se necesitan conocimientos técnicos ni mucho dinero para producir.
Todas estas fueron barreras en la primera generación de IA, que ya no existen gracias a la IA generativa.
P: ¿Cuáles son los últimos avances en las redacciones?
R: Existen ciertas herramientas que permiten un flujo de trabajo con la IA, usadas en Dinamarca por el grupo JP/Politikens para aumentar la eficiencia. Al mismo tiempo, es una base para la transición de su modelo, ya que detrás de esta herramienta hay una infraestructura.
Google está trabajando en una herramienta llamada Genesis que está siendo probada en Estados Unidos con editores que reciben un pago.
En resumen, uno introduce las recopilaciones, los PDF, las transcripciones, los audios, los videos. La herramienta ayuda a analizarlos, resumirlos o transcribirlos. El periodista se encarga de coordinar, verificar el contenido y editar. El trabajo se convierte en la gestión de esta herramienta.
Técnicamente funciona, pero una cosa diferente es ponerlo a funcionar en una redacción a gran escala y saber si será productivo a largo plazo.
P: ¿Cuál es el costo?
R: En la última década era muy caro. Era difícil, había que construir una base con datos, tener un acuerdo comercial con la nube de Amazon o Google, contratar expertos, ingenieros, era una inversión grande. Solo la BBC, The New York Times, ese tipo de organizaciones podían permitírselo.
Con la IA generativa eso cambió. Es posible gestionar un flujo de informaciones mediante una interfaz de pago por 20 dólares al mes. No es necesario saber programar. Lo que se necesita es motivación, entusiasmo y curiosidad.
Muchas personas en las redacciones que no se hubieran implicado en el pasado, porque carecían de formación técnica, pueden usarla actualmente. Es una forma mucho más abierta de IA. Creo que esto va a sacudir las redacciones.
P: ¿En qué etapa de la IA estamos?
R: La IA existe desde la década de 1950. Pero la IA con aplicaciones prácticas apareció con ChatGPT [en 2022]. Va a tomar muchos años antes de que entendamos cómo utilizarlas para crear algo valioso. Hay tantas cosas que se pueden hacer.
El riesgo es que las empresas tecnológicas y las compañías de emprendedores hagan las cosas más rápido que las redacciones. Muchas empresas emergentes no tienen un componente editorial. Pueden absorber comunicados de prensa, informes, elementos de las redes sociales.
P: ¿Cómo puede la IA ser a la vez un riesgo y una oportunidad?
R: En los últimos 10 o 15 años el periodismo no tuvo realmente una visión de futuro creíble sobre cómo desarrollarse en el mundo de las redes sociales. Lo que hace la IA es dar a las organizaciones periodísticas la oportunidad de cambiar esa situación, de participar en un nuevo ecosistema. Es bueno ser optimista, comprometerse, explorar, tener proyectos, experimentar, cambiar de óptica, es algo que compruebo.
Como dice Jelani Cobb, decano de la Escuela de Periodismo de Columbia: ‘La IA es una fuerza que no se puede ignorar y en torno a la cual el periodismo tendrá que organizarse’. Y no a la inversa.
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