En 1995, el Ferrari Testarossa F512M de Gerhard Berger fue robado en la ciudad italiana de Imola, donde se disputaba el Gran Premio de San Marino. El piloto austriaco pensó que nunca recuperaría su lujoso auto deportivo, sin embargo, se acaba de llevar una gran sorpresa.
Específicamente, el pasado enero, la marca italiana entró en contacto con la policía londinense tras haber descubierto que un Ferrari vendido en 2023 era en realidad un auto robado. Desde entonces, las autoridades intentaron trazar el camino que siguió el automóvil desde el robo.
A finales del año pasado, el auto llegó a Reino Unido y fue adquirido por un estadounidense.
Tras las averiguaciones pertinentes, la Policía estableció que se trata del Ferrari que fue robado a Berger hace casi tres décadas.
