Hunter Biden, el hijo del presidente estadounidense, Joe Biden, se declaró no culpable de evasión fiscal este jueves ante una corte federal en Los Ángeles, y sus complicaciones legales aumentan la presión para su padre que se encamina a una agria pelea por la reelección contra Donald Trump.
El empresario de 53 años, en recuperación tras un pasado de adicción a las drogas, es un blanco constante de los republicanos que utilizan el caso para hablar, sin pruebas, de la «Familia Criminal Biden».
Un día antes de su presentación judicial en Los Ángeles, Hunter Biden compareció sin aviso en el Capitolio, en Washington, en donde dos comités dominados por el Partido Republicano debatían medidas de desacato en su contra por negarse a testificar a puerta cerrada el mes pasado sobre sus negocios.
Biden fue acusado de nueve cargos relacionados con crímenes fiscales.
La acusación, emitida el 7 de diciembre, afirma que el dinero que debía ir a los cofres del gobierno fue malversado en un «estilo de vida extravagante».
Entre 2016 y octubre de 2020, «el acusado gastó este dinero en drogas, damas de compañía y novias, hoteles de lujo y alquiler de propiedades, autos exóticos, ropa, y otros elementos de naturaleza personal, en resumen, todo menos sus impuestos», afirma el documento de 56 páginas.
«Estamos aquí hoy porque has sido acusado de una ofensa criminal», le dijo el juez del distrito Mark C. Scarsi a Biden, quien vistió un traje y una corbata azul, y quien compareció con su abogado.
«No culpable», respondió ante una corte plagada de periodistas cuando se le preguntó cómo se declaraba frente a los cargos.
La audiencia duró alrededor de media hora.
Biden responderá en libertad al proceso, pero Scarsi subrayó que no puede consumir drogas o alcohol, o portar un arma de fuego.
La próxima audiencia será el 27 de marzo, y la expectativa del juez es que el juicio comience el 20 de junio.
Hunter Biden enfrenta hasta 17 años de cárcel si es condenado por los nueve delitos, tres de los cuales son considerados graves.
También es blanco de otra acusación en Delaware por cargos federales sustentados en que habría infringido las leyes que impiden tener armas a consumidores de drogas.
– «Cruel» –
El año pasado, un acuerdo que buscaba negociar su situación jurídica colapsó en medio de un huracán de críticas que afirmaban que una reducción de su pena evidenciaba que el Departamento de Justicia lo trataba con manos de seda por ser hijo del presidente.
Su abogado, Abbe Lowell, dijo en diciembre que se trataba de lo contrario.
«Basado en los hechos y en la ley, si el apellido de Hunter no fuese Biden, sus cargos en Delaware, y estos ahora en California, no habrían sido presentados», dijo.
Hunter Biden se ha vuelto en una especie de piñata para los republicanos que, de cara a las elecciones presidenciales de noviembre, buscan atacar a Joe Biden, conocido por ser un dedicado padre y un hombre de familia.
En medio de constantes críticas, sin presentar evidencias, lanzaron una investigación que busca impugnar al presidente por supuestas acusaciones de que Joe Biden se habría beneficiado por las negociaciones internacionales de su hijo.
La primera dama de Estados Unidos, Jill Biden, cuestionó este jueves los ataques de los republicanos contra su hijo.
«Creo que lo que están haciendo con Hunter es cruel. Y yo estoy muy orgullosa de cómo Hunter ha reconstruido su vida tras la adicción», dijo Jill Biden al programa matutino «Morning Joe», de la televisora MSNBC.
«Amo a mi hijo. Y esto está hiriendo a mis nietos, y es lo que me tiene tan preocupada. Está afectando sus vidas también», completó.
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