Brasil.- La devastación causada por las intensas lluvias en el estado brasileño de Rio Grande do Sul ha dejado un saldo trágico de 32 personas fallecidas, según informes de la Defensa Civil y medios locales.
Hasta el momento, la Defensa Civil ha confirmado 29 víctimas mortales, mientras que el canal RBS TV, citando fuentes del portal G1, reporta tres fallecidos adicionales, dos en Taquara y uno en Sao Vendelino, en medio de un panorama desolador marcado por deslizamientos de tierra, inundaciones y colapsos de infraestructuras.
Además, se estima que unas 60 personas continúan desaparecidas y 36 han resultado heridas. Más de 71.000 habitantes se han visto afectados por esta tragedia, con más de 14.800 personas obligadas a abandonar sus hogares, de las cuales más de 10.000 se encuentran sin techo y miles más alojadas en refugios temporales.
Con 154 municipios ya impactados por las adversidades climáticas, la Defensa Civil ha emitido alertas sobre el riesgo de desbordamiento de los ríos en la región, mientras que el gobernador Eduardo Leite ha advertido sobre la posibilidad de nuevos deslizamientos.
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En respuesta a la magnitud de la crisis, el estado de Rio Grande do Sul ha sido declarado en estado de calamidad pública, permitiendo la solicitud de recursos federales para la asistencia humanitaria, reconstrucción de infraestructuras y restablecimiento de servicios esenciales.
Las autoridades locales, con el apoyo de gobiernos estatales y las Fuerzas Armadas, han logrado rescatar a más de 4.000 personas en las zonas afectadas. El presidente Luiz Inácio Lula da Silva se ha dirigido al estado para evaluar la situación, aunque las inclemencias meteorológicas han dificultado su acceso a las áreas golpeadas por la catástrofe.
La tragedia en Rio Grande do Sul se erige como uno de los mayores desastres naturales enfrentados por la región, desencadenando una movilización sin precedentes para hacer frente a las consecuencias de esta emergencia.