Ankeny, Iowa.- La familia Keen celebra un hito extraordinario: su hijo Nash ha sido oficialmente reconocido por Guinness World Records como el bebé más prematuro que ha logrado sobrevivir. Nacido con apenas 21 semanas de gestación —133 días antes de lo previsto— Nash desafió todas las probabilidades médicas y celebró su primer cumpleaños este julio.
El pequeño, cuyo nombre honra tanto a su padre, Randall Keen, como a la ciudad de Nashville, pesó solo 285 gramos y midió poco más de 21 centímetros al momento de su nacimiento. “Cabría en la palma de la mano”, recuerda su padre, quien junto a su esposa Mollie enfrentó un camino lleno de incertidumbre tras haber perdido a su primer bebé, McKinley.
Fue después de esa pérdida que Mollie fue diagnosticada con una condición médica que complicaba la posibilidad de llevar un embarazo a término. A pesar de que los médicos estimaban un 0% de probabilidad de supervivencia, la pareja decidió seguir adelante con el tratamiento en el University of Iowa Health Care, donde Nash permaneció seis meses en la unidad de cuidados intensivos neonatales antes de recibir el alta en enero.
Actualmente, Nash continúa bajo cuidados médicos, incluyendo oxígeno suplementario y el uso de un casco protector, pero su evolución ha sido notable. Sus padres esperan que en los próximos meses pueda dejar ambos dispositivos, marcando nuevos avances en su recuperación.
Más allá del reconocimiento oficial, la familia Keen considera que Nash representa un símbolo de esperanza y resiliencia. “Ya no nos despertamos preguntándonos si lo logrará. Nos levantamos cada día listos para vivirlo con él”, expresó Randall.
Conmovidos por su experiencia, los Keen han manifestado su deseo de apoyar a otras familias que enfrentan situaciones similares, invitándolas a contactarlos para compartir orientación y aliento.
