Raiford, Florida.- El estado de Florida llevó a cabo la ejecución de Loran Kenstley Cole, de 57 años, quien había permanecido en el corredor de la muerte durante tres décadas. Cole fue condenado por el brutal asesinato de John Edwards, un estudiante de 18 años de la Universidad Estatal de Florida, en un crimen que conmocionó a la sociedad en 1994.
La ejecución, que se realizó mediante inyección letal en la prisión estatal de Florida en Raiford, fue confirmada por las autoridades a las 6:15 p.m. (hora local). Antes de su muerte, Cole no hizo declaración alguna. Su última comida consistió en pizza, helado, M&Ms y refresco.
El caso de Cole despertó controversia, ya que sus abogados intentaron bloquear la ejecución basándose en el argumento de que los procedimientos de inyección letal podrían causar un dolor y sufrimiento innecesarios, dado su diagnóstico de Parkinson. Sin embargo, la Corte Suprema de EE.UU. negó el último recurso, permitiendo así que se llevara a cabo la ejecución, la primera del año en Florida y la número 13 en todo el país en 2024.
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El trasfondo del delito remonta a 1994, cuando Loran Cole se hizo pasar por un amigo de John Edwards y su hermana, Pam. Después de un encuentro en un campamento, Cole, junto a un cómplice, perpetró un acto de violencia extrema que culminó en la muerte de Edwards y en el asalto sexual a su hermana. Cole fue declarado culpable de múltiples cargos, incluyendo asesinato y violación.
El gobernador de Florida, Ron DeSantis, firmó la sentencia de muerte en julio pasado, destacando la gravedad del crimen. Esta ejecución marca la novena bajo su administración y resalta el continuo uso de la pena de muerte en Florida, que ha visto 105 ejecuciones desde 1979.
La pena de muerte sigue siendo un tema debatido en Estados Unidos, con 27 estados que aún la contemplan.
