Venezuela suma nueve puntos en seis jornadas, la mejor cosecha que ha tenido a estas alturas en eliminatorias sudamericanas hacia el Mundial. Instalada en el cuarto puesto de la clasificación, hay ilusión, pero también tareas pendientes.
El único país de Sudamérica que no ha podido jugar el Mundial cerró su agenda premundialista de 2023 el martes con un empate 1-1 con Perú en Lima, que lo dejó con nueve puntos producto de dos victorias, otros dos empates y una derrota, con seis goles a favor y tres en contra.
«Todo esto nos lleva a que hay que trabajar y que hay que estar cada vez más fuertes para el año que viene seguir pensando en ese sueño que tenemos todos», declaró en referencia a la búsqueda de una inédita clasificación a un Mundial el director técnico de la Vinotinto, el argentino Fernando ‘Bocha’ Batista.
La selección venezolana veía de igualar sin goles con Ecuador, de local, en su presentación previa.
«Uno siempre quiere más (…). El partido (del jueves pasado) contra Ecuador era un partido ante un rival muy difícil, mundialista, y fue parejo y ahora contra Perú me voy con un sabor agriculce porque creo que podíamos habernos llevado los tres puntos (…), pero la realidad es que sumar siempre es bueno», analizó Batista en declaraciones a los canales oficiales de la Federación Venezolana de Fútbol (FVF).
La Vinotinto solo tiene por delante a la campeona mundial Argentina (15), Uruguay (13) y Colombia (12), lo que alimenta sus opciones mundialistas cuando en la región se repartirán seis cupos directos y una plaza para el repechaje debido a la expansión del Mundial a 48 selecciones en su edición de 2026, que se disputará en Estados Unidos, México y Canadá.
– Capacidad de reacción –
Venezuela había sido colista en las últimas dos clasificatorias sudamericanas, para Rusia-2018 y Catar-2022, un retroceso después de varios años de avance.
Bajo las órdenes de Batista, que asumió el mando de la Vinotinto el 10 de marzo después de la renuncia de José Pekerman, el equipo ha demostrado capacidad de reacción para salir del foso y de eso hizo gala en su visita a Lima.
«Reaccionamos de una muy buena manera en el segundo tiempo», subrayó el extremo Darwin Machís, quien gestó con una gran individualidad por el costado derecho el gol de Jefferson Savarino que dio a los venezolanos el empate frente a Perú.
La primera mitad había sido opaca.
«Todo el equipo reaccionó muy bien», coincidió Savarino en la transmisión internacional de TV. «Esperemos seguir por ese camino. Es un punto importante para nosotros, aunque creo que pudimos llevarnos los tres», añadió en la misma línea que su entrenador.
– Duros retos –
Venezuela aún tiene en 2023 un amistoso con Colombia, el 10 de diciembre, pero las miradas están puestas en un 2024 decisivo en el que necesita rearmar el rompecabezas para ganar volumen de juego y buscar una ecuación que saque mejor provecho de dos de sus hombres con mejor actualidad en Europa: Yangel Herrera (Girona) y Cristian Cásseres Jr (Toulouse).
La ofensiva venezolana, por momentos, depende en demasía de chispazos de Yeferson Soteldo.
La Copa América, que se jugará del 20 de junio al 14 de julio en Estados Unidos, servirá como oportunidad para que Batista pueda terminar de afianzar sus ideas con un menú que mezcla veteranos como Salomón Rondón, figuras en consagración como Herrera y jóvenes que piden paso como David Martínez, que acaba de jugar el Mundial Sub-17.
Después, en septiembre, llegará la reanudación de la clasificatoria mundialista contra Bolivia en la altura de La Paz y el Uruguay de Marcelo Bielsa en casa.
Argentina y Paraguay en octubre y Brasil y Chile en noviembre son los otros adversarios que esperan a la Vinotinto el proximo año.
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