La ciudad de Concord, capital del estado de New Hampshire, se ha visto envuelta en una polémica tras la vandalización de una estatua satánica que fue incluida en su tradicional belén navideño.
Inicialmente, la ciudad había decidido permitir que el Templo Satánico (TST) colocara una representación de Baphomet, su deidad principal, como parte de la exhibición navideña. Esta decisión se tomó en cumplimiento de la Primera Enmienda y para evitar posibles litigios. El TST argumentó que su inclusión se justificaba por el principio de pluralismo religioso y destacó que su misión se enfoca en la benevolencia y la empatía.
Sin embargo, la estatua satánica no duró mucho tiempo en exhibición. A pocos días de ser instalada, fue completamente destruida en un acto de vandalismo. Las imágenes de la estatua destrozada se difundieron rápidamente en redes sociales, generando un intenso debate sobre la libertad de expresión, la tolerancia religiosa y la violencia.