Un juez confirmó este miércoles que el expresidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) Luis Rubiales enfrentará un juicio oral por los delitos de agresión sexual y de coacciones, en el caso del beso forzado que dio a la jugadora Jenni Hermoso.
«El juez de la Audiencia Nacional Francisco de Jorge ha acordado la apertura de juicio oral» a Rubiales, en una fecha posterior aún por definir, señaló un comunicado del tribunal.
Rubiales se sentará en el banquillo «por el beso no consentido a la jugadora de la selección española Jennifer Hermoso tras la final del mundial celebrada en Sídney (Australia) el pasado 20 de agosto y por las coacciones posteriores para que hiciera una manifestación pública afirmando que había sido consentido», detalló el texto.
La Fiscalía pide para Rubiales una pena de 2,5 años de cárcel, por el delito de agresión sexual, por el beso en sí, y por coacciones, por haber presionado a la deportista para que «justificara y aprobara el beso que contra su voluntad» había recibido, según el escrito del Ministerio Fiscal.
La acusación también pidió dos años de libertad vigilada una vez cumpla la pena de cárcel, prohibición de comunicarse o acercarse a Hermoso durante cuatro años e indemnizar a la jugadora con 50.000 euros (54.000 dólares).
El juez De Jorge pidió a Rubiales que deposite una fianza de 65.000 euros en un «plazo de 24 horas» para hacer frente «a las responsabilidades civiles a las que pudiera ser condenado».
El magistrado también confirmó que se sentarán en el banquillo el exseleccionador femenino femenino Jorge Vilda y dos ex dirigentes de la Federación, Albert Luque y Rubén Rivera, acusados de coacciones contra Hermoso.
Por ese delito, la Fiscalía pide contra ellos un año y seis meses de cárcel.
El 20 de agosto, Rubiales besó en los labios a la número 10 española Jenni Hermoso ante las cámaras de todo el mundo, pocos minutos después del triunfo de la Roja en Sídney durante la final de la Copa del Mundo femenina.
Su gesto provocó una ola de indignación en España y en el extranjero, y Rubiales acabó dimitiendo al mes siguiente.
Desde una reciente reforma del Código Penal español, un beso no consentido puede considerarse agresión sexual, una categoría penal que agrupa todos los tipos de violencia sexual.
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