Washington D.C.- En una declaración que ha generado amplio debate, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, propuso este lunes cambiar el nombre del Departamento de Defensa por el de “Departamento de Guerra”, argumentando que bajo esa denominación el país alcanzó sus mayores triunfos militares.
Durante una reunión oficial con el presidente de Corea del Sur, Yoon Suk-yeol, Trump expresó que el término “defensa” no refleja con precisión el papel histórico de las fuerzas armadas estadounidenses. “Sabes, lo llamamos el Departamento de Defensa, pero entre nosotros, creo que vamos a cambiar el nombre”, afirmó el mandatario, según una transcripción del encuentro.
Trump recordó que durante la Primera y Segunda Guerra Mundial, la institución era conocida como el “Departamento de Guerra”, y que bajo ese nombre se lograron victorias decisivas. “Ganamos la Primera Guerra Mundial, la Segunda Guerra Mundial, y se llamaba el Departamento de Guerra. Y para mí, eso es realmente lo que es. Defensa es parte de eso”, añadió.
El Departamento de Guerra fue la denominación oficial del organismo encargado de las fuerzas armadas hasta 1947, cuando fue reformado y rebautizado como Departamento de Defensa, en el marco de una estrategia orientada a la diplomacia y la disuasión global tras la Segunda Guerra Mundial y el inicio de la Guerra Fría.
Aunque Trump no ofreció detalles sobre el proceso para concretar el cambio, insinuó que podría ocurrir “la próxima semana”. La propuesta se enmarca en una política de fortalecimiento militar impulsada por su administración, que ha priorizado el aumento del presupuesto en defensa y la modernización del aparato bélico. Para el año fiscal 2025, el Departamento de Defensa cuenta con un presupuesto estimado de 841.300 millones de dólares, equivalente al 11% del gasto federal total.
La idea de restaurar el nombre original ya había sido mencionada por el secretario de Defensa, Pete Hegseth, en marzo de este año. No obstante, hasta el momento no se han presentado planes concretos ni se ha confirmado si el cambio implicaría modificaciones estructurales en el funcionamiento del Pentágono.
Esta propuesta refleja la visión del presidente Trump sobre el papel central del poder militar en la política exterior estadounidense, y su enfoque en la defensa nacional como eje prioritario frente a otras agendas diplomáticas.
