Internacionales.- En un momento de alta tensión en el enfrentamiento entre Irán e Israel, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, hizo un llamado enérgico a través de su cuenta en Truth Social, pidiendo a Irán se rinda de manera incondicional.
En sus declaraciones, el inquilino de la Casa Blanca afirmó tener control total del espacio aéreo iraní y que las autoridades estadounidenses saben exactamente la ubicación del líder supremo, aunque no especificó si planea tomar acciones extremas en ese sentido.
Trump no descartó la posibilidad de una escalada militar, dejando en el aire la opción de una intervención más contundente. Además, convocó a una reunión del Consejo de Seguridad Nacional y dejó claro que su objetivo no es un acuerdo de paz, sino liquidar lo que llamó “el problema de raíz”. Su vicepresidente, JD Vance, sugirió nuevas sanciones en respuesta a los avances de Irán en su programa nuclear, en un contexto donde Israel continúa expandiendo sus operaciones militares en la región.
Paralelamente, la administración ordenó el cierre de su embajada en Jerusalén, y solicitó la evacuación inmediata del personal diplomático y de inteligencia en Teherán, ante los crecientes riesgos.
Escalada sin tregua
En el campo de batalla, Irán afirmó haber lanzado una serie de misiles hipersónicos Fattah-1 en su última ofensiva militar. Desde su oficina en redes sociales, el líder iraní Ali Jamenei señaló: “La batalla comienza”, acompañando su mensaje con símbolos religiosos chiitas. Se lanzaron más de una decena de misiles balísticos, muchos de los cuales fueron interceptados por los sistemas de defensa israelíes. Sin embargo, reportes indican que varios proyectiles impactaron en áreas residenciales, causando daños y víctimas civiles.
Por su parte, Israel respondió con ataques aéreos que, hasta ahora, han tenido un saldo mortal: en operaciones nocturnas, habrían eliminado a uno de los principales comandantes militares de Irán, Ali Shadmani. Además, bombardearon varias instalaciones militares y nucleares, incluyendo la planta de Natanz, en un intento por frenar el avance iraní en el complejo nuclear. Hasta la fecha, Teherán ha confirmado la muerte de más de 220 personas, entre científicos y altos mandos militares ligados a sus programas estratégicos.