En un acto celebrado en el Jardín de Rosas de la Casa Blanca, el presidente Donald Trump formalizó la creación de una comisión presidencial dedicada a la libertad religiosa, mediante la firma de una orden ejecutiva. El anuncio de esta iniciativa se realizó durante el evento del Día Nacional de Oración, poco antes de la firma oficial.
La nueva comisión, según lo declarado por Trump, estará bajo la presidencia del vicegobernador de Texas, Dan Patrick.
Líderes religiosos, funcionarios gubernamentales y otros acompañaron a Trump en la ceremonia en el Jardín de las Rosas. En su discurso, Trump, quien atribuyó a Dios el haberlo salvado de casi ser asesinado el pasado julio, dijo: «Tenemos que confiar en Dios».
“Así que, mientras inclinamos nuestras cabezas en este hermoso día, una vez más, tenemos que confiar en nuestro Dios porque nuestro Dios sabe exactamente a dónde vamos, qué estamos haciendo, conoce cada centímetro de nuestra vida”, dijo Trump.
“Y que Él siga escuchando nuestras oraciones para guiar nuestros pasos y construir nuestra amada nación a alturas aún mayores”, añadió.
La recién establecida Comisión Presidencial sobre Libertad Religiosa tendrá la tarea de producir un informe exhaustivo que analice el panorama actual de la libertad religiosa en Estados Unidos. De acuerdo con información proporcionada por la Casa Blanca sobre la orden ejecutiva que la creó, este informe deberá identificar las amenazas existentes a la libertad religiosa, proponer estrategias para su fortalecimiento y ofrecer una perspectiva histórica de la libertad religiosa en el contexto estadounidense.
El alcance del informe será amplio, abordando temas cruciales como los derechos de los padres en la educación religiosa, las opciones de escolarización, los actos de violencia contra lugares de culto y las cuestiones relacionadas con la libertad de expresión para las entidades religiosas.
Al culminar la ceremonia, el presidente firmó la orden ejecutiva destinada a salvaguardar la libertad religiosa.
Mientras tanto, medios conservadores escribieron sobre lo que hace tres años sucedía cuando el entonces presidente Joe Biden, condenaba los disturbios del 6 de enero en el Capitolio, cuando se presentó ante una multitud y dijo: «No me importa si piensan que soy Satanás reencarnado …»

Así mismo, su administración llamó la atención cuando pronunció un discurso sobre el Estado de la Unión con un fondo oscuro, negro y rojo, tan alejado de cualquier discurso sobre el Estado de la Unión anterior, escribieron.
Anteriormente Biden declaró que los cristianos blancos eran una amenaza para la seguridad nacional.