Washington, D.C. – Con la firma del nuevo plan fiscal el pasado 4 de julio, el presidente Donald Trump ha elevado al Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) a niveles sin precedentes en términos presupuestarios y operativos, en lo que analistas describen como una expansión agresiva de las políticas migratorias de su administración.
El nuevo plan asigna a ICE una inversión total de $75,000 millones de dólares, superando el financiamiento combinado de varias agencias federales tradicionales. De ese monto, $45,000 millones estarán destinados exclusivamente a la construcción de nuevos centros de detención hacia 2029, según análisis del Instituto Cato, lo que podría elevar el número de personas detenidas diariamente a 116,000.
Detalles del plan fiscal
- $30,000 millones para operaciones diarias, que permitirán contratar 10,000 agentes nuevos, sumándose a los 20,000 existentes, con una meta estimada de un millón de deportaciones anuales, según el Departamento de Seguridad Nacional (DHS)
- $4,100 millones adicionales para incorporar 3,000 agentes de la Patrulla Fronteriza y más oficiales en el área de aduanas
Perspectivas y críticas
El American Immigration Council (AIC) considera que el plan refleja una estrategia enfocada en endurecer el control migratorio y aumentar las capacidades represivas. En términos comparativos, el presupuesto asignado a ICE supera los gastos militares de casi todos los países del mundo, salvo Estados Unidos, China, Rusia, India y Arabia Saudita, según la Liga de Ciudadanos Latinoamericanos Unidos (LULAC).
“El presupuesto de ICE de $75,000 millones es mayor al de casi todos los ejércitos del planeta”, indicó LULAC en un comunicado.
Este fortalecimiento convierte a ICE en la agencia de seguridad interna más grande del país, según medios especializados, y marca una fase crítica en la gestión migratoria de cara a la elección presidencial de 2026.