La administración del presidente de Estados Unidos Donald Trump autorizó a Texas para que la Guardia Nacional pueda arrestar migrantes en la frontera sur, otorgándole poderes que anteriormente eran exclusivos de los agentes federales de migración. Esta decisión fue anunciada por el gobernador texano Greg Abbott a través de sus redes sociales.
El convenio firmado entre Texas y la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) permite que los miembros de la Guardia Nacional realicen funciones de control migratorio bajo la supervisión de la Patrulla Fronteriza.
Aunque el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) no ha emitido una declaración oficial al respecto, medios que apoyan al gobierno, como Breitbart, han informado que esta medida otorga a los soldados texanos la capacidad de realizar arrestos en operativos migratorios.
Desde que comenzó la presidencia de Trump, Texas ha adoptado una postura firme en cuanto a la política migratoria, alineándose con la estrategia de reforzar el control en la frontera. Abbott, conocido por su línea dura en temas migratorios, ha destinado más de 11,000 millones de dólares a la militarización de la frontera a través de la iniciativa Operation Lone Star, lo que incluye el despliegue de más de 10,000 elementos de la Guardia Nacional en la región. Hasta este momento, la ley prohibía a la Guardia Nacional llevar a cabo detenciones directamente.
Contexto más Amplio de las Políticas Migratorias
La autorización se produce en un contexto de medidas más estrictas firmadas por Trump al inicio de su mandato, que incluyen la declaración de una «emergencia nacional» en la frontera y el despliegue de 1,500 soldados adicionales. Además, su administración ha intensificado las deportaciones mediante vuelos militares a países como Guatemala y Ecuador.
Este endurecimiento de las políticas migratorias resalta el papel de Texas como un estado clave en la estrategia fronteriza de la administración Trump.
La medida representa un paso significativo en la transferencia de facultades migratorias a las fuerzas estatales, lo que podría tener implicaciones de largo alcance en el manejo de la migración y la seguridad en la frontera.
Con todo esto, la administración de Trump busca fortalecer el control fronterizo y abordar lo que consideran una crisis migratoria, mientras que a su vez ha enfrentado críticas por las implicaciones humanitarias de estas políticas.