WASHINGTON D.C. – El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha anunciado la imposición de una tarifa arancelaria del 30% a todas las importaciones mexicanas a partir del 1 de agosto. La medida se justifica por lo que Trump considera una cooperación insuficiente de México en la lucha contra el narcotráfico, particularmente en la contención del fentanilo.
En una carta dirigida a la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, Trump comunicó su decisión unilateral, enfatizando que, a pesar de la «fuerte relación», el fracaso de México para «parar a los cárteles» ha contribuido a la crisis del fentanilo en EE. UU. Aunque el mandatario reconoció mejoras en la seguridad fronteriza, sentenció que «lo que ha hecho México no es suficiente».
La imposición de este nuevo arancel, que se suma a tarifas ya existentes en otros sectores, se anunció horas después de que una delegación de funcionarios mexicanos, encabezada por el secretario de Economía, Marcelo Ebrard, se reuniera con el gabinete de Trump para abordar temas de cooperación y comercio bilateral.
La decisión de Trump expone una profunda insatisfacción con la relación bilateral y tiene el potencial de ser «devastador» para la economía mexicana, a pesar de que el presidente estadounidense es conocido por su constante retractación en decisiones arancelarias.
En su misiva, Trump también lanzó una advertencia a México: si decide tomar represalias aumentando sus propias tarifas a las importaciones estadounidenses, ese incremento «será agregado al cargo que les haremos del 30%».
El gobierno de México, a través de la Secretaría de Economía, ha reaccionado acusando que el arancel del 30% es «injusto» y expresando su desacuerdo. Marcelo Ebrard aseguró que ya se ha instalado una mesa de diálogo con las autoridades estadounidenses para negociar esta nueva medida arancelaria. «México ya está en negociaciones», señaló Ebrard, buscando desactivar el potencial impacto negativo en la relación comercial entre ambos países.
