Alaska.- En lo que parece ser un nuevo capítulo para la historia, el presidente estadounidense Donald J. Trump sostuvo una reunión privada de alto nivel con el presidente ruso Vladímir Putin en la base militar Elmendorf-Richardson, ubicada en Anchorage, Alaska.
El encuentro, que se extendió por casi tres horas, se desarrolló en formato reducido 3 a 3, reflejando la seriedad y discreción de las partes involucradas.
Delegaciones estratégicas
Trump estuvo acompañado por figuras clave de su equipo: el secretario de Estado Marco Rubio y el enviado especial Steve Witkoff, ambos seleccionados por su experiencia en política exterior y negociaciones internacionales. Por su parte, el presidente de Rusia, Vladímir Putin asistió junto al canciller Serguéi Lavrov y el asesor Yuri Ushakov.
Un mensaje claro: “Persiguiendo la paz”
Antes de iniciar las conversaciones, ambos líderes posaron junto a sus delegaciones frente a un cartel con el lema “Persiguiendo la paz”, dejando claro el propósito del encuentro: buscar soluciones reales y sostenibles para el conflicto en Ucrania.
En línea con el estilo de intriga de Trump, no se ofrecieron declaraciones a la prensa, priorizando la confidencialidad y eficacia del diálogo.
La agenda estuvo centrada en la situación en Ucrania, donde Trump ha reiterado en múltiples ocasiones su compromiso con la paz y la estabilidad global. Su enfoque pragmático y orientado a resultados busca abrir canales de entendimiento que han estado cerrados desde el inicio del conflicto en febrero de 2022.
Reencuentro diplomático tras años de distancia
Este encuentro marca el primer cara a cara entre Trump y Putin desde su reunión en la cumbre del G-20 en Osaka, Japón, en 2019. También representa el primer contacto directo entre Putin y un líder estadounidense desde el estallido del conflicto ruso-ucraniano.
Cabe destacar que Putin no visitaba territorio estadounidense desde 2015, cuando asistió al debate anual de la Asamblea General de la ONU en Nueva York.
