Suffolk, Massachusetts.- Un empresario que poseía dos pizzerías en el área de Boston ha sido condenado por someter a sus empleados a trabajos forzados mediante violencia y amenazas.
Stavros Papantoniadis, de 49 años, originario de Westwood y dueño de Stash’s Pizza, enfrentará más de ocho años de prisión tras ser sentenciado en un tribunal federal a102 meses de reclusión y un año de libertad supervisada, además de una multa de $35,000 dólares.
Los fiscales revelaron que Papantoniadis coaccionó a seis empleados, cinco hombres y una mujer, a cumplir con agotadoras exigencias laborales mediante abusos físicos y amenazas de violencia. También utilizó el miedo a la deportación como herramienta de control, amenazando repetidamente a los trabajadores con denunciarlos a las autoridades migratorias.
En junio, un jurado encontró culpable a Papantoniadis de tres cargos de trabajo forzado y tres de intento de trabajo forzado. Desde su arresto en marzo de 2023, ha permanecido bajo custodia.
El abogado de Papantoniadis, Carmine Lepore, ha manifestado su intención de solicitar un nuevo juicio y apelar la sentencia. En un comunicado, expresó su insatisfacción con la duración de la condena, argumentando que las pautas aplicables son más adecuadas para casos de trata de personas y servidumbre sexual.
Por su parte, el fiscal federal interino, Joshua Levy, subrayó que Papantoniadis actuaba impulsado por la avaricia al explotar la vulnerabilidad de sus empleados.
«La trata laboral utiliza el miedo y la intimidación para explotar a aquellos en situaciones precarias, y eso es precisamente lo que hizo Papantoniadis al infringir los derechos de sus trabajadores», afirmó Levy, añadiendo que Papantoniadis contrató deliberadamente a trabajadores sin permisos de trabajo y manipuló su situación migratoria para mantenerlos bajo control.
Investigaciones revelaron que Papantoniadis mantenía escaso personal en sus pizzerías y empleaba a migrantes indocumentados en condiciones extremas, obligándolos a trabajar 14 horas o más diarias, a menudo durante siete días a la semana. Para someter a estos trabajadores, les hacía creer que sufrirían daño físico o serían deportados. En un incidente notable, cuando un empleado intentó abandonar el trabajo, Papantoniadis lo estranguló, lo que llevó a la víctima a huir de su establecimiento.
Además, se reportó que Papantoniadis persiguió a otro trabajador que intentaba escapar, denunciándolo erróneamente a la policía local como parte de una estrategia para obligarlo a regresar a la pizzería.
