Una serie de potentes tormentas invernales ha sumido en la oscuridad a decenas de miles de clientes de la empresa PG&E durante las festividades de Nochebuena y Navidad. El temporal, que azotó con fuerza desde San Francisco hasta la costa central y el norte del estado, provocó fallos en cascada en la red eléctrica, dejando a numerosas familias sin luz ni calefacción en medio de condiciones climáticas extremas.
El punto crítico de la emergencia se alcanzó el 25 de diciembre de 2025 en San Francisco, donde un apagón de gran magnitud paralizó sectores clave de la ciudad. Este incidente ha desatado una ola de indignación entre los residentes, quienes vieron interrumpidas sus celebraciones navideñas debido a la fragilidad de un sistema que no pudo resistir el embate de los vientos y las lluvias.
La respuesta de las autoridades locales no se ha hecho esperar, calificando de inaceptable la vulnerabilidad de la infraestructura actual. Los críticos señalan que, a pesar de las tarifas y las promesas de mejora, la red de PG&E sigue mostrando deficiencias estructurales que quedan al descubierto con cada temporada de tormentas, poniendo en riesgo la seguridad de los ciudadanos.
Además de los fallos técnicos, la compañía enfrenta duras reprimendas por su gestión de la crisis y su deficiente estrategia de comunicación. Los vecinos afectados denuncian que la falta de información clara y la ausencia de cronogramas precisos para el restablecimiento del servicio agravaron la situación, dejando a miles de personas en la incertidumbre total durante el periodo festivo.
Actualmente, las cuadrillas de reparación trabajan a contrarreloj para estabilizar el suministro en las zonas más remotas del norte de California y la costa central. Mientras tanto, se espera que en los próximos días se inicien audiencias regulatorias para que la empresa rinda cuentas por los daños ocasionados y por la falta de previsión ante un evento meteorológico que ya había sido anunciado por los servicios climáticos.
