Elizabethton, Tennessee – Tras un operativo policial y de bienestar familiar, uniformados pusieron tras las rejas a Mikki Dee Moody y Sean David Moody, residentes del condado de Carter, bajo graves acusaciones de abuso y negligencia infantil.
La Oficina del Sheriff del Condado de Carter, en conjunto con la Oficina de Investigaciones de Tennessee (TBI), realizó una operación en su vivienda que reveló la alarmante situación de un niño autista de 7 años.
La investigación se inició de manera independiente, pero se tornó crítica al descubrir las condiciones inhumanas en las que se encontraba el menor.
Según la información preliminar, los agentes encontraron al niño confinado en un contenedor de almacenamiento ubicado en la sala de estar de la casa. En el interior del baúl, hallaron mantas impregnadas de orina, una almohada, sobras de comida y ropa manchada con lo que parecía ser sangre.
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El investigador Preston White de la Oficina del Sheriff del Condado de Carter, declaró que el niño, que además es no verbal, era encerrado de forma regular en este contenedor, allí se le proporcionaba comida. Vale acotar que dentro de ese contenedor y en la vivienda las condiciones fueron descritas como “insalubres y peligrosas” con enchufes eléctricos expuestos y heces de animales y humanos esparcidas por el suelo.
Dada la gravedad de la situación, se notificó de inmediato al Departamento de Servicios Infantiles de Tennessee para asegurar la protección del menor.
Sean David Moody también enfrenta cargos relacionados con un caso previo de abuso de un adulto vulnerable, mientras que Mikki Dee Moody fue liberada después de pagar una fianza de $75,000.
Ambos se enfrentan a múltiples cargos de abuso y negligencia infantil agravada, además de poner en peligro la vida del menor. La investigación sigue en marcha para esclarecer todos los pormenores de este desgarrador caso.