Cuba enfrenta una grave crisis energética tras el colapso total de su sistema eléctrico, una situación crítica que se ha agravado después de meses de cortes intermitentes.
Desde las 11:00 a.m. de este viernes, hora local, el Ministerio de Energía y Minas cubano confirmó a través de sus redes sociales que la desconexión total se produjo debido a problemas en la central termoeléctrica Antonio Guiteras, ubicada en Matanzas.
El presidente Miguel Díaz-Canel manifestó su compromiso con la resolución de esta contingencia, asegurando que “no habrá descanso hasta su restablecimiento”.
En un contexto de creciente descontento social, estas afirmaciones son cruciales para calmar la inquietud de la población afectada, que ha estado lidiando con interrupciones de hasta nueve horas diarias que va anudada a la crisis que ya sufren a nivel socioeconómico.
El primer ministro, Manuel Marrero, ofreció una conferencia de prensa en la que destacó que los últimos días han sido especialmente difíciles, con la falta de combustible como el principal factor que complica la situación. Además, las autoridades han implementado medidas temporales, como la distribución de gas licuado a nivel nacional, con el objetivo de reducir la demanda eléctrica generada por la cocina de alimentos.
A pesar de los esfuerzos por contener la crisis, el director general de la Unión Eléctrica, Alfredo López Valdés, advirtió sobre un crecimiento del consumo energético en el sector empresarial. En consecuencia, se están considerando regulaciones que exijan fuentes de generación propias para cada nueva inversión aprobada.
Cuba enfrenta un sistema eléctrico obsoleto, cuyos problemas estructurales se han visto acentuados por la falta de modernización y mantenimiento. Aunque se habían planificado inversiones millonarias en proyectos de energía —como los acuerdos con Rusia y China—, estos se encuentran inoperativos, lo que amplifica la crisis actual.
Las recientes decisiones, que incluyen la paralización de actividades no esenciales y la priorización de centros vitales como hospitales, ahora están en suspenso tras el apagón generalizado. Esta situación catastrófica ha llevado a las autoridades a declarar una “emergencia energética”, mientras tratan de encontrar soluciones urgentes para mitigar los efectos en la población cubana.
