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lunes, diciembre 23, 2024

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Simone Biles, la gimnasta que volvió del infierno para recuperar su trono

Cuando regresó de Tokio, Simone Biles pensó que nunca volvería a competir. Pero tres años después de que un bloqueo mental la dejara perdida en el aire, acaba de sumar su segundo oro en París-2024. La reina de la gimnasia está de vuelta, esta vez porque ella quiere.

«Este regreso es verdaderamente por mí», explicó la gimnasta estadounidense, de 27 años, durante un documental estrenado recientemente en la plataforma Netflix.

«No quería seguir sintiendo miedo a este deporte, porque han pasado muchas cosas. Muchas de ellas me han aterrorizado y no podía dejar que me quitaran una última cosa más», agregó.

La gimnasta más condecorada de la historia quería decidir su propio final, y el plan parece estar funcionando. 

Desde que llegó a París, Biles ya recuperó el oro por equipos y la corona general individual.

Su botín olímpico, que había estrenado con sus cuatro triunfos y un bronce de Rio-2016, se eleva ahora a seis oros y nueve medallas en total, y aún podría ampliarse en las finales por aparatos. 

«Lo han llamado la gira de la redención y es lo que es», explicó su entrenadora, Cécile Landi, tras la final por equipos del martes. 

Liderado por una segura Biles, el combinado estadounidense recuperó entonces el oro que había perdido en Tokio. Aquella final desconcertante de hace tres años -de la que Biles tuvo que retirarse sacudida por los «twisties», un fenómeno que provoca que los gimnastas pierdan el sentido de la orientación en el aire- fue una fiesta en París.    

– «Somos humanos» –

Las heridas de Tokio siguen, sin embargo, supurando y Biles ha confesado su temor cada vez que se dispone a arrancar la carrera de 25 metros que la separan del potro.

Pero tras iniciar una terapia, y dedicar dos años a recuperarse, la ganadora de 23 títulos mundiales recobró la ilusión.

«He recuperado el amor por el deporte, su aspecto lúdico, la alegría que me da», explicó en una entrevista con el diario francés L’Équipe.  

Antes de la final colectiva, Biles tuvo una cita con su psicóloga, convertida en un elemento clave de su preparación después de que su mente se quebrara en Japón, tras años cargando con expectativas desorbitadas. 

AFP
Simone Biles compitiendo en el concurso general de gimnasia de los Juegos de París, el 1 de agosto de 2024 en el Bercy Arena

«Somos humanos, no simples atracciones», recordó Biles ante la sorpresa que causó su retirada de varias pruebas en Tokio. 

Prodigio de la gimnasia desde la infancia y figura mundial desde su baño de oro en Rio-2016, Biles es un icono global al que siguen 9,5 millones de personas en Instagram y cuyas competiciones en París han atraído a estrellas como Tom Cruise, Lady Gaga, Bill Gates o Serena Williams en las gradas.

– «Me levanto» –

Ella, sin embargo, nació muy lejos de ese firmamento. Con una madre que padecía problemas de alcohol y drogas, pasó una temporada junto a sus tres hermanos en un centro de acogida, hasta que sus abuelos pudieron adoptarla junto a su hermana Adria. 

Tras descubrir la gimnasia a los seis años durante una excursión escolar, la evolución de esta niña menuda y de agilidad pasmosa no tardó en llamar la atención. 

Su puesta de largo en la gimnasia internacional llegaría en 2013 en Amberes, cuando siendo una joven de 16 años se colgó dos oros. En la siguiente década sumaría otros 21 títulos mundiales más.

Por el camino tuvo que enfrentarse a otro trauma, al ser una de las decenas de gimnastas que sufrieron abusos sexuales por parte del médico del equipo nacional Larry Nassar, condenado a décadas de cárcel por estos delitos.

«Entre Tokio y mi testimonio ante el Congreso de Estados Unidos [en septiembre de 2021] en el caso Nassar, pensé seriamente en la retirada. Estaba devastada», afirmó en L’Équipe.

Por fortuna para la gimnasia no lo hizo. 

«Es un honor poder competir con Simone, es una referencia en todo el mundo, también para mí», aseguró la brasileña Rebeca Andrade, su más inmediata perseguidora, el martes.  

Este jueves volvieron a felicitarse antes de compartir podio, con Biles de nuevo en la cima. Desde arriba la estadounidense sonreía feliz tras vencer, una vez más, a las probabilidades. 

Así se lo recuerda el tatuaje que lleva en la clavícula con el título del poema de Maya Angelou «Still I rise» («y aún así me levanto»). La reina está de nuevo en pie.

rs/avl

© Agence France-Presse

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