Nacogdoches, Texas.- Este lunes un jurado ha emitido una contundente condena contra Bruno Juan Rodríguez, un hombre de 45 años, quien ha sido sentenciado a ocho cadenas perpetuas por múltiples delitos sexuales contra menores que se extendieron durante más de 28 años.
La medida fue anunciada por la oficina del Fiscal del Distrito, destacando la severidad de una situación que afectó gravemente a sus víctimas durante décadas.
La sentencia se produce casi una década después de la primera detención de Rodríguez, en marzo de 2015, cuando una de las víctimas logró llamar al 911 para reportar el abuso.
En ese momento, las autoridades acudieron a la vivienda y encontraron no solo a la víctima que había hecho la llamada, sino que también se encontraba en peligro otra persona. Sin embargo, el proceso judicial se vio abruptamente interrumpido debido a la fuga de la familia del acusado a México, llevándose consigo a las víctimas y dificultando su localización.
Te puede interesar: Destacados donantes demócratas apoyan a Harris, pero algunos quieren una contienda abierta
La Fiscalía logró reanudar el caso en 2022, cuando las víctimas tomaron la valiente decisión de comunicarse nuevamente con las autoridades, revelando que habían sido llevadas fuera del país.
Desde este contacto, el equipo fiscal ha podido identificar a cuatro víctimas adicionales, totalizando seis mujeres que enfrentaron con valentía su trauma para testificar contra su agresor.
Amy Wren, la fiscal a cargo del caso, subrayó la fortaleza de las víctimas al enfrentar a Rodríguez, quien las amenazó en varias ocasiones. “Muchas de las víctimas habían acudido a un adulto que no las protegió, por lo que cada una conocía la importancia de garantizar que el acusado nunca tuviera la oportunidad de victimizar a otro niño”, expresó Wren en un comunicado.
Rodríguez, además de las ocho cadenas perpetuas, fue condenado a 20 años adicionales por un noveno cargo relacionado con la indecencia con un menor, y se le impuso una multa colectiva de $80,000 dólares.
Cabe destacar que uno de los cargos por abuso sexual continuado de un niño pequeño no permite la posibilidad de libertad condicional, asegurando así que este depredador no pueda volver a poner en riesgo la vida de ningún niño.
