California.- Samuel Woodward, de 27 años, fue sentenciado a cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional el pasado viernes por el asesinato de su antiguo compañero de clase, Blaze Bernstein. El crimen, ocurrido en enero de 2018, fue catalogado como un crimen de odio debido a la orientación sexual de Bernstein, quien era un estudiante judío gay de 19 años.
Bernstein desapareció mientras visitaba a su familia en Newport Beach durante las vacaciones de invierno. Su cuerpo fue encontrado días después, enterrado en un parque en Lake Forest, donde había estado con Woodward la noche de su desaparición. La autopsia reveló que Bernstein había sido apuñalado 28 veces.
Durante el juicio, los fiscales presentaron pruebas contundentes que demostraban que Woodward había planeado el asesinato debido a la orientación sexual de Bernstein. La jueza Kimberly Menninger, al emitir la sentencia, coincidió con el veredicto del jurado y destacó la premeditación del crimen y el odio como motivos principales.
La condena de Woodward ha sido recibida como una victoria para la comunidad LGBTQ+ y como un mensaje claro contra los crímenes de odio. El caso ha generado una gran conmoción en Estados Unidos y ha reavivado el debate sobre la violencia motivada por el odio.