El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, defendió este martes las elecciones presidenciales del domingo como «la más limpias de la historia» ante acusaciones de opositores sobre una supuesta intromisión de su gobierno.
Es «la elección más limpia y más libre que ha existido en la historia, posiblemente desde la elección del presidente (Francisco) Madero» a inicios del siglo XX, aseveró el mandatario izquierdista durante su habitual rueda de prensa matutina.
La candidata oficialista Claudia Sheinbaum fue elegida con 59,3% de los votos, frente a casi 28% de la senadora de centroderecha Xóchitl Gálvez, según el escrutinio de 95,2% de las actas.
López Obrador añadió que los partidos PAN, PRI y PRD, que respaldaban a Gálvez, están en su derecho de impugnar los resultados, pero los llamó a «respirar profundo» para tratar de comprender lo que sucedió.
«Es muy importante la autocrítica, es muy importante saber rectificar, es de sabios cambiar de opinión (…) vivimos en un país libre y no tenemos nada que temer», sostuvo.
Gálvez anunció el lunes que presentará «impugnaciones» contra los comicios por el presunto uso del aparato del Estado en favor de su rival, aunque reconoció su derrota.
«Nos enfrentábamos a una competencia desigual contra todo el aparato del Estado dedicado a favorecer a su candidata (…). Presentaremos las impugnaciones que (lo) prueban», escribió en su cuenta de X.
Este martes, el líder nacional del conservador PAN, Marko Cortés, anunció que su partido también impugnará «porque se trató de una elección de Estado».
«El presidente intervino directamente, violentando de forma reiterada la Constitución y la ley electoral», señaló en un comunicado.
Toda inconformidad en los comicios debe ser dirimida ante los organismos electorales, siendo el tribunal federal especializado la última instancia que califica la validez de las elecciones.
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