El ejército y autoridades de Ciudad de México desplegaron este jueves un plan de emergencia para atender a los afectados por la contaminación de agua corriente con una sustancia aceitosa en un barrio acomodado de la capital.
La crisis inició el 31 de marzo cuando habitantes de la céntrica alcaldía Benito Juárez reportaron que el agua en sus casas presentaba «olor a gasolina» y «sabor raro», además de que provocó en algunos vecinos daños cutáneos y oculares, según reportaron medios locales.
La suma de testimonios y denuncias impulsó a los residentes a organizar protestas callejeras y bloqueo de avenidas, lo que activó un inusitado operativo de emergencia en la capital mexicana, sin que las autoridades hayan precisado hasta el momento un número de afectados.
En el parque San Lorenzo, en pleno centro de Benito Juárez, voluntarios del gobierno capitalino repartieron bidones de agua y camiones militares transportaron máquinas potabilizadoras.
«No puede ser que además de todo el malestar de estar con esta agua, con esta incertidumbre, sin saber si nos estamos enfermando, qué le estamos metiendo al cuerpo (…) también es el gasto de estar comprando garrafones», reclamó Cristina Pazmiño, vecina del área afectada, al ser consultada por la AFP.
La mujer relata que en su casa siguen forzados a usar el agua contaminada para asearse «porque no tenemos dónde más bañarnos».
El alcalde de Ciudad de México, Martí Batres, informó el miércoles que el pozo contaminado con «una sustancia de la familia de los aceites y lubricantes» ya se cerró y limpió, y es cuestión de tiempo para que la presión del agua de fuentes limpias diluya los remanentes.
Pero Carlos Ordóñez, otro vecino que padeció el agua «espesa» y olorosa, duda que «un problema tan inmenso» pueda solucionarse pronto.
«Deberían hacer algo más si, en dado caso, el agua tiene algún tipo de combustible (…) Si nos intoxicamos o en un futuro desarrolla la gente enfermedades va a ser un problema muy fuerte», alertó Ordóñez, de 37 años, quien también recogió un bidón de agua para su casa.
Batres ha descartado que el pozo estuviera contaminado con gasolina y aseguró que un ducto de la petrolera estatal Pemex, ubicado a 500 metros de la fuente de agua, no presenta fugas.
No obstante, los análisis para determinar exactamente la naturaleza y agentes de la contaminación no han concluido.
El caso ocurre en momentos en que varios barrios de Ciudad de México y suburbios -donde viven unas 20 millones de personas- sufren cortes de agua desde mediados del año pasado.
El 2023 fue el año más seco registrado en México desde 1941, con un déficit de lluvia de más de 20% «por debajo del promedio», según el Servicio Meteorológico Nacional.
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