En un fallo que ha generado polémica, un juez de Nueva York ha desestimado una demanda presentada por la fiscal general del estado, Letitia James, contra PepsiCo. La demanda acusaba al gigante de las bebidas y aperitivos de contaminar el medio ambiente con sus envases de plástico de un solo uso y de poner en riesgo la salud pública.
El juez Emilio Colaiacovo argumentó que no se pudo demostrar que PepsiCo fuera directamente responsable de la contaminación en el río Búfalo, ya que fueron las personas las que, al desechar los envases de manera incorrecta, causaron el problema. El magistrado criticó la demanda, calificándola de «predatoria» y afirmó que castigar a PepsiCo habría sido un error legal.
La decisión judicial ha sido recibida con decepción por parte de la fiscal general James y de grupos ambientalistas. James ha asegurado que revisará sus opciones legales y ha reafirmado su compromiso con la lucha contra la contaminación plástica. Por su parte, PepsiCo se ha mostrado satisfecha con el fallo y ha reiterado su compromiso con la sostenibilidad, aunque ha sido criticada por su historial en materia de reciclaje.
Este caso no es aislado. Numerosos gobiernos y organizaciones han presentado demandas similares contra grandes empresas productoras de plásticos, acusándolas de contribuir a la crisis ambiental. La contaminación por plásticos es un problema global que afecta a océanos, ríos y suelos, poniendo en riesgo la biodiversidad y la salud humana.
La dificultad para responsabilizar a las empresas por la contaminación plástica se debe a varios factores. Por un lado, es complejo establecer un vínculo directo entre la producción de un producto y los daños ambientales causados por su mal uso. Por otro lado, las empresas suelen argumentar que la responsabilidad recae en los consumidores y en las autoridades encargadas de gestionar los residuos.
