MÉXICO.- En las últimas semanas, la figura de ‘El Chiquilín’ y su organización conocida como la Patrulla Espiritual han captado la atención de las redes sociales, especialmente en plataformas como TikTok.
Los videos que muestran cómo abordan a personas con evidentes problemas de adicción y las llevan a centros de rehabilitación han generado un intenso debate. Una de las preguntas más recurrentes entre los usuarios es: ¿es legal llevarse a las personas sin su consentimiento?
La Patrulla Espiritual, liderada por ‘El Chiquilín’, se presenta como un grupo comprometido con la recuperación de personas con adicciones. En los videos virales, se puede observar cómo abordan a individuos en situación de calle o con comportamientos relacionados con el abuso de sustancias, intentando convencerlos de que acepten ayuda. Sin embargo, su método ha sido cuestionado, especialmente en lo que respecta al consentimiento de las personas involucradas.
Ante la controversia, el Licenciado David Cordero, un profesional del derecho conocido por brindar respuestas legales en redes sociales, ha aclarado la situación. Cordero explicó que la acción de la Patrulla Espiritual, al llevarse a personas sin su consentimiento, es legal bajo ciertas condiciones. Según su análisis, existe una brecha en los lineamientos nacionales que regula el ingreso involuntario a centros de rehabilitación.
‘Es importante destacar que esta brecha opera siempre y cuando la persona sea ingresada a un centro de rehabilitación legal. Si se cumplen los protocolos y el lugar está debidamente registrado, su labor puede ser considerada válida’, comentó Cordero.
Cordero también subrayó que, a pesar de la controversia, la labor de la Patrulla Espiritual es valiosa. ‘La realidad es que hay un número significativo de personas que necesitan ayuda urgente, y muchas veces, el entorno familiar no es suficiente para motivarlas a buscar tratamiento.
En este sentido, la Patrulla Espiritual juega un papel crucial al brindar esa intervención’, afirmó. Las opiniones en redes sociales están divididas.
Algunos usuarios apoyan la labor de la Patrulla Espiritual, considerando que su enfoque puede salvar vidas, mientras que otros expresan su preocupación por el riesgo de abusos y la falta de consentimiento. Esta polarización ha llevado a un llamado a la reflexión sobre cómo se aborda el problema de las adicciones en el país.