Bedford, Pensilvania.- Una pareja identificada como Joshua Coleman Wooters, de 19 años, y Emily Jane Dickinson, de 20, fueron arrestados en McConnellsburg Borough, acusados de homicidio criminal, conspiración y abuso de un cadáver, entre otros cargos, relacionados con la muerte de su bebé recién nacido en marzo de 2024.
Los hechos ocurrieron en McConnellsburg Borough, donde el bebé fue encontrado sin vida cerca de la intersección de Lincoln Way y North 2nd Street.
Tras recibir una llamada, la Policía Estatal de Pensilvania acudió al lugar y descubrió al recién nacido a unos 20 pies de la intersección junto a un colchón ensangrentado, una placenta y otros objetos desechables en una bolsa de basura. A pesar de los esfuerzos, el bebé fue declarado fallecido en el lugar.
Según el informe del forense del condado, se determinó que el bebé tenía menos de 24 horas de vida y una gestación de aproximadamente 36 o 37 semanas, siendo la causa de su muerte el desangramiento del muñón umbilical.
Te puede interesar: Sospechoso de robo de auto a mano armada en McDonald’s arrestado
Tras una intensa investigación, se reveló que Wooters y Dickinson estaban involucrados en el trágico suceso. A pesar de las negativas iniciales de Wooters, posteriormente confesó que el bebé era hijo suyo y de Dickinson, detallando la cruel manera en que el niño fue arrojado por la ventana del baño.
Dentro de la investigación, se supo que Dickinson, a pesar de ser asistente de enfermería certificada, no intentó realizar reanimación cardiopulmonar al recién nacido, y se descubrió que había realizado búsquedas en internet sobre el embarazo y el parto.
Actualmente, la pareja se encuentra detenida en la cárcel del condado de Bedford sin derecho a fianza, enfrentando graves consecuencias legales que podrían resultar en sentencias de cadena perpetua.