El Papa León XIV hizo un llamado este domingo a los creyentes para que abran sus fronteras y rechacen toda forma de discriminación, vinculándola a los nacionalismos políticos. En su homilía durante la misa de Pentecostés en la Plaza de San Pedro, afirmó que “donde hay amor, no hay lugar para los prejuicios ni para las barreras que nos separan del prójimo, ni para la lógica de la exclusión que, lamentablemente, también encuentra espacio en los nacionalismos”.
Esta celebración tuvo lugar un mes después de la elección de Robert Francis Prevost, originario de Chicago y de nacionalidad peruana, como nuevo Papa por el colegio cardenalicio. León XIV, de 69 años, realizó un recorrido en papamóvil ante una multitud antes de celebrar la misa, en la que la Iglesia conmemora la venida del Espíritu Santo a los apóstoles, 50 días tras la muerte de Jesús.
El Papa no hizo referencia a conflictos o a líderes específicos, sino que hizo un llamado general de promoción de la apertura y la tolerancia. “El Espíritu Santo rompe las fronteras y derriba los muros de la indiferencia y del odio”, afirmó.
Asimismo, subrayó que la Iglesia debe seguir siendo una institución que fomente la unión entre los pueblos, eliminando las barreras entre clases sociales y razas. “En ella no debe haber ni olvidados ni despreciados”, añadió.
Así mismo, el Papa dirigió su palabra a Dios como antídoto contra las relaciones de dominación que con frecuencia terminan en violencia, incluyendo los feminicidios. Expresó su tristeza por los casos en los que la voluntad de dominar lleva a situaciones de violencia y dolor.
Finalmente, León XIV también abordó el tema de las redes sociales, advirtiendo que, aunque ofrecen muchas oportunidades de interacción social, también pueden convertirse en una trampa que fomenta la soledad y las relaciones superficiales, dejando a las personas desconectadas en su interior.