En Brasil, se registró el nacimiento de la primera cría de oso polar nacida en América Latina, ocurrido el pasado mes de noviembre, aunque la noticia fue revelada públicamente el 13 de febrero.
Un acuario de São Paulo fue el escenario para el nacimiento de osezna llamada Nur, que es hija de Aurora y Peregrino, una pareja de osos rusos que vive desde hace 10 año en ese lugar.
En exclusiva para la BBC, la veterinaria Laura Reisfeld, con lágrimas en los ojos, contó el momento en que vio por primera vez las imágenes del nacimiento del animal. «Me desperté con el corazón en la boca. ¡Fue muy emotivo! Se me pone la piel de gallina solo de recordarlo», declaró al citado medio.
«He visto este vídeo mil veces y si lo veo mil veces más me conmoverá el instinto de la madre. El bebé grita y su instinto en ese momento es abrazarlo y darle calor», agregó Reisfeld, y después afirmó: «Es surrealista ver nacer un animal en peligro de extinción ante tus propios ojos. Creo que fue la experiencia más loca e increíble de mi vida».
La veterinaria explicó que no estaban seguros del embarazo porque no existe ninguna prueba de embarazo fiable que pueda realizarse en osos polares. Esto se debe a que la gruesa capa de grasa del animal impide, por ejemplo, realizar una ecografía, explicó la especialista. “Le hicimos varios análisis de orina y todos salieron negativos”, reveló.
“Normalmente ella quiere comer más salmón y pollo, pero estaba en una fase en la que comía más cosas… Entonces, teníamos un poquito de luz encendida”, comenta sobre los detalles que llevaron a los expertos a estar en estado de alerta.
Con el paso de las semanas, la osa comenzó a mostrar cambios en su comportamiento: dormía por más tiempo, permanecía inmóvil durante largos períodos y rechazaba la comida. Estos indicios apuntaban a la etapa final de una gestación. La certeza llegó cinco meses y medio después del apareamiento, confirmando la sospecha