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sábado, abril 19, 2025

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Musulmanes en Texas bajo investigación por proyecto inmobiliario con mezquita

«Te sugiero que te largues de Estados Unidos, aún estás a tiempo», fue el anónimo mensaje de voz que recibió hace unos días Imran Chaudhary, jefe de un proyecto inmobiliario de musulmanes en Texas investigado por las autoridades conservadoras del estado.

Unas 1.000 viviendas, centro comunitario, escuela, hospital y casa de reposo es el plan para un terreno en Josephine, al noreste de Dallas, proyecto común en este sector de Estados Unidos en constante crecimiento. Con la diferencia de que tendrá una mezquita.

«No vamos a permitir la instauración de la ley sharía [sistema legal islámico] en Texas. Tampoco las ciudades sharía ni zonas de exclusión», dijo en la red social X a fines de febrero el gobernador texano, Greg Abbott, cristiano, republicano y aliado de Donald Trump.

Abbott hizo eco de una publicación de activistas que responsabilizan a EPIC, el Centro Islámico de la ciudad de Plano (norte de Dallas) y que impulsa el proyecto, de tratar de instaurar una ciudad musulmana con sus propias leyes.

«No vamos a tener nuestra propia policía (…) Desde el primer día hemos hablado con nuestros abogados sobre cuál es la mejor forma de desarrollar el proyecto, siguiendo las leyes estatales y federales», explica Chaudhary, presidente de Community Capital Partners, empresa vinculada a EPIC.

«Esto no es exclusivamente para musulmanes. Sí, hay una mezquita pero está abierta a todos, todos podrán usar el centro comunitario, la escuela, hospital. Nunca se ha hablado de sharía», agrega Chaudhary, quien invitó sin éxito a Abbott a una barbacoa texana para discutir el tema.

De acuerdo con teorías conspirativas de extrema derecha, la ley islámica, conocida como sharía, está invadiendo el sistema legal estadounidense, una afirmación que la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU) y otros expertos legales refutan.

– Los Texas Rangers investigan –

Abbott dispuso una investigación y activó a los Texas Rangers para que indaguen sobre «posibles actividades criminales». Su fiscal general, Ken Paxton, otro aliado de Trump, se sumó. El senador republicano John Cornyn incluso ha pedido que se investigue si este proyecto es constitucional.

El nombre de la iniciativa, EPIC City, puede haber llevado a confusión, reconoce Chaudhary, pero no es una ciudad, sino un proyecto residencial que podría estar plenamente terminado en 15 años.

El tema fue abordado en una sesión vecinal en el condado de Collin, donde está el terreno. Algunos residentes creen que se instaurará la ley islámica en Texas.

Dan Cogdell, abogado del proyecto, considera que «toda esta atención negativa» generará retrasos en los permisos. «Las mentiras y la desinformación que difunde Abbott son impactantes», sostiene.

Pese a ello, Moitree Rahman, de 38 años, natural de Bangladesh, casada y madre de dos hijas, espera edificar allí su casa familiar. «Toda la retórica [contra el proyecto] no es cierta, por eso nos sentimos confiados en invertir», sostiene. 

Según la página World Population Review, en Texas viven unos 313.000 musulmanes. 

– «Nos aterrorizan» –

La comunidad islámica EPIC se instaló en la ciudad texana de Plano hace dos décadas. Cuentan con una mezquita allí y hay unos 5.000 vecinos musulmanes en sus alrededores. El imán Yasir Qadhi, becario residente de EPIC, lidera la oración.

Nacido en Houston con antepasados paquistaníes, Qadhi explica que los musulmanes prefieren esta zona por el clima, bajos impuestos y buena comida.

«Cuando se construyó la mezquita, mucha gente empezó a mudarse aquí y nos dimos cuenta de que el espacio no era suficiente. Debido a la afluencia de gente, buscamos expandirnos y crear otra comunidad», detalla.

Está preocupado por la propagación de estereotipos y el crecimiento de crímenes de odio, como la reciente denuncia sobre una agresión a tres adolescentes afganas en una escuela de Houston. Él mismo ha sido acusado de terrorista, dice, «pero son ellos quienes nos aterrorizan».

«Una cosa es que cuentas anónimas, la extrema derecha, conocida por infundir odio, difundan sus mentiras. Otra muy distinta es que los funcionarios repitan esos argumentos incorrectos. Eso es una decepción», considera.

Asegura que la sharía no se implementa en Estados Unidos. «La practicamos en nuestra vida privada y así somos como musulmanes. La Constitución nos permite ser musulmanes», explica.

Fawzia Belal, de 49 años, nacida en Catar pero originaria de Bangladesh, está casada, tiene dos hijos y vive en Plano hace una década.

«Los musulmanes, como otras comunidades religiosas, somos doctores, ingenieros y servidores públicos de Estados Unidos. Somos parte de la historia y creemos que contribuimos con este gran país, tratando de vivir el sueño americano que todos ansían realizar», sostiene.

© Agence France-Presse

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