Bangor, Maine, EE.UU. — La ciudad de Bangor, en el estado de Maine, con aproximadamente 30.000 habitantes, ha sido el foco de atención nacional tras la elección de Angela Walker como concejala municipal. Walker, una mujer de ascendencia nativa americana, genera una fuerte controversia debido a su pasado penal, que incluye una condena por homicidio en 2003. La noticia fue reportada este jueves por el New York Post.
Walker, que cumplirá funciones por un periodo de tres años, pasó diez años en prisión después de confesar su participación en la violenta muerte de un hombre en Old Orchard Beach, la misma localidad donde residía en aquel entonces.
El crimen, cometido con la ayuda de su hermano (quien también se declaró culpable), fue motivado por insultos de la víctima hacia el origen étnico de Walker. La víctima fue hallada con signos de brutales golpes y asfixiado con arena.
Durante su campaña electoral, Walker se mostró transparente sobre su historia, buscando distanciarse de su pasado: «Eso es mi pasado. Ya no vivo allí y soy una persona diferente», declaró a un medio local.
La elección de Walker, quien se postuló como candidata no afiliada a ningún partido político, ha desatado una intensa polémica. Sin embargo, la ley de Bangor no contempla ninguna prohibición específica que impida a personas con antecedentes penales postularse o servir en un cargo público en la región.
Angela Walker fue una de las tres personas elegidas para el concejo de la localidad, y su victoria pone de relieve el debate sobre la rehabilitación y la elegibilidad política de los exconvictos.
