México y Estados Unidos, conocidos como los Gigantes de la Concacaf, se encuentran en máxima alerta de eliminación en la Copa América de 2024, que caería como una bomba sobre sus proyectos para el Mundial que hospedarán en 2026.
Los entrenadores Jaime Lozano y Gregg Berhalter se verán en la cuerda floja en caso de un descalabro de las escuadras norteamericanas en este regreso al torneo de selecciones de Conmebol.
Pese al triunfo en la Copa Oro del año pasado, Lozano podría ser víctima de uno de los bancos más calientes del fútbol mundial.
Sólo hace un año que el joven técnico relevó al argentino Diego Cocca, fulminado tras sólo cuatro meses en el cargo. Cocca, a su vez, había sustituido a su compatriota Gerardo Martino después de que el Tri sufriera en Catar-2022 su primera eliminación en una fase de grupos mundialista desde Argentina-1978.
‘Jimmy’ Lozano fue promovido gracias a sus éxitos con el combinado Sub-23, al que guió al bronce en los Juegos Olímpicos de Tokio en 2021, y apostó por una arriesgada remodelación del plantel dejando fuera a referentes como Hirving Lozano o Raúl Jiménez.
Pero el frágil consenso a su alrededor no tardó en agrietarse y, tras golpes al orgullo del aficionado como el 4-0 que le asestó Uruguay en un asmistos a principios de junio, Lozano se está jugando el puesto en esta Copa América.
Su equipo arrancó con un sufrido triunfo 1-0 ante Jamaica, por el que pagó el alto precio de perder a su figura y capitán, Edson Álvarez, por lesión.
Álvarez, cotizado mediocentro del West Ham, es una excepción a la tendencia actual del fútbol mexicano que, ante la sequía de grandes talentos, últimamente recibe más jugadores de vuelta de Europa de los que exporta.
La andadura del Tri se torció en la derrota 1-0 del miércoles frente a Venezuela, con el golpe moral añadido del penalti errado por Orbelín Pineda a pocos minutos del final del partido.
La escuadra azteca, tercera del Grupo B con tres puntos, está obligada a vencer a Ecuador el domingo en Glendale (Arizona) para no despedirse prematuramente de un torneo que juega prácticamente como local.
– Banquillos en peligro –
Si México quiere afianzar su proceso de renovación, para Estados Unidos es la hora de entregar resultados al arrancar el ciclo futbolístico más importante de su historia.
Tras la Copa América, Estados Unidos recibirá el Mundial de Clubes de la FIFA en 2025 y la gran mayoría de partidos del Mundial de 2026, que también se jugará en México y Canadá.
La enorme inversión por promover el ‘soccer’, incluido el aterrizaje de Lionel Messi en la MLS, contaba con un desempeño ilusionante del ‘Team USA’, que sobre el papel cuenta con su mejor generación de futbolistas liderada por Christian Pulisic.
Tras caer en octavos de Catar-2022, la Copa América debía prender esa chispa y servir de rodaje competitivo ante los duros rivales sudamericanos.
Pero todas esas metas están en riesgo después de la turbulenta derrota 2-1 el jueves ante Panamá, un adversario de la Concacaf.
Pese a adelantarse con un temprano gol, el equipo norteamericano exhibió una preocupante falta de madurez coronada con la ingenua expulsión de Tim Weah cuando corrían apenas 16 minutos de juego.
Los anfitriones, que habían ganado a Bolivia (2-0) en el debut, son segundos del Grupo C con tres puntos, pero ni siquiera un triunfo ante el líder Uruguay en la última fecha del lunes les garantiza que no acaben siendo adelantados por Panamá.
Un fiasco del ‘Team USA’ ante su público podría quebrar la confianza depositada en Gregg Berhalter como líder del proyecto hacia el Mundial.
Berhalter fue restituido en el banquillo hace un año al término de una investigación sobre la agresión física que cometió tres décadas atrás contra su actual esposa.
Bajo su mando, Estados Unidos revalidó el título de la Liga de Naciones de la Concacaf en marzo pero también exhibió sus fisuras al perder ante oponentes insospechados como Trinidad y Tobago y fue humillado 5-1 en un amistoso por Colombia.
La noche del jueves, Berhalter eludió pronunciarse sobre su posible cese en caso de eliminación.
«Eso no me corresponde a mí determinarlo», se limitó a responder.
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