La Fiscalía General de México acusará por el delito de traición a la patria a los responsables del presunto secuestro y entrega a autoridades estadounidenses del capo del narcotráfico Ismael «Mayo» Zambada, informó este jueves la dependencia.
El líder y confundador del poderoso cártel de Sinaloa, quien eludió la cárcel durante décadas, asegura que el pasado 25 de julio fue llevado en contra de su voluntad a Estados Unidos a bordo de un avión privado en el que también viajaba un hijo de su viejo socio, Joaquín «Chapo» Guzmán.
La fiscalía explicó que entre los supuestos de la traición a la patria establecidos en el código penal se contempla al mexicano «que prive ilegalmente de su libertad a una persona en el territorio nacional, para entregarla a las autoridades de otro país, o trasladarla fuera de México con tal propósito».
«Esa es la razón prioritaria de la investigación que inició el Ministerio Público Federal respecto al caso Ismael ‘N’ [Zambada] y Joaquín ‘N’ [Guzmán López]», uno de los hijos del Chapo, añade la fiscalía en el comunicado.
Agregó que las «pruebas fundamentales» para acreditar el delito están en territorio de Estados Unidos y se vinculan a un vuelo ilegal efectuado en un avión con matrícula clonada, y con «una conducta absolutamente irregular» del piloto, quien ocultó la información de su trayecto en territorio mexicano y solo dio aviso para su aterrizaje a las autoridades estadounidenses.
La fiscalía informó también que realizó, con la venia de Washington, una diligencia ministerial y policial en el aeropuerto donde aterrizó la aeronave, y que solicitó al Departamento de Justicia estadounidense una docena de documentos con información sobre el vuelo, la nave y sus pasajeros «la cual hasta hoy no ha sido proporcionada».
«Se nos ha informado que la Secretaría de Relaciones Exteriores de México ha apoyado esta solicitud. En cuanto se obtengan los resultados ya mencionados, se darán a conocer de inmediato», agrega la FGR en el comunicado.
Las lagunas y vacíos de información en torno a los hechos y las circunstancias precisas de la captura de Zambada han acentuado la desconfianza entre México y Estados Unidos en materia de cooperación para la lucha contra el narcotráfico.
Ambos países niegan haber planificado la operación, aunque el gobierno mexicano refirió conversaciones previas entre Guzmán López y funcionarios estadounidenses.
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