MÉXICO.- En las últimas horas casi 600 personas escaparon de comunidades de los municipios de Amatenango de la Frontera y de Mazapa de Madero en Chiapas a Guatemala, debido a la violencia generada por grupos de la delincuencia organizada, quienes desde el pasado 14 de julio mantienen enfrentamientos por la disputa de la franja fronteriza.
Los habitantes de comunidades de la Sierra Madre de Chiapas, ingresaron a territorio guatemalteco caminando por caminos de extravíos, para luego tomar un tramo de terracería que rodea el río Cuilco, que en México se le conoce como Grijalva, después de que ayer martes 23, un grupo del crimen organizado irrumpiera en el poblado San José municipio de Amatenango de la Frontera y los amenazara con rifles, desalojándolos de sus casas.
La gobernadora del departamento de Huehuetenango, Elsa Hernández, reportó que los desplazados están llegando con pocas pertenencias a los municipios de Cuilco y Chiantla, huyendo de la violencia, por lo que necesitan apoyo humanitario, como la instalación de albergues, alimentos y medicamentos, señaló al periódico Prensa Libre.
Dijo que, en la comunidad Caníbal, Cuilco, hay necesidad de personal médico, porque la población “apenas tiene para ellos”.
Confirmó que los mexicanos ingresaron a territorio guatemalteco el martes por la tarde, pero esta mañana, una comisión de funcionarios del Ministerio de Defensa, el alcalde de Cuilco, Audilio Epifanio Roblero Arreaga y ella, se trasladaron hasta el lugar donde permanecen las familias chiapanecas.
Hernández dio a conocer que se establecerá un albergue para alojar a los mexicanos, que podría ubicarse en una de las escuelas de Cuilco, un municipio habitado por más de 114 mil habitantes. “Lo que necesitamos en este momento para atender a la población”, dijo.
Funcionarios del gobierno de Chiapas, aseguraron que no tienen conocimiento sobre el desplazamiento de las personas hacia territorio guatemalteco. “Ningún reporte, de algún ente social o político, organizaciones o alcaldes”, dijo un funcionario consultado.
Los desplazados de los municipios de Amatenango de la Frontera y Mazapa de Madero, son solo algunas de las víctimas del fenómeno del desplazamiento forzado que avanza en Chiapas a pasos agigantados. Organizaciones de derechos humanos están reportando pueblos fantasmas donde la desolación y los grupos armados del crimen, es lo único que queda.