El huracán Helene ha dejado una estela de destrucción en el sureste de Estados Unidos tras tocar tierra en Florida como un poderoso huracán de categoría 4. La tormenta ha causado al menos 64 muertes, inundaciones generalizadas, cortes de energía y ha dejado a miles de personas sin hogar.
Las fuertes lluvias y los vientos huracanados han provocado inundaciones históricas en varios estados, desde Florida hasta Carolina del Norte. Ríos y arroyos se han desbordado, carreteras han quedado intransitables y se han producido numerosos rescates acuáticos. En algunos lugares, como Asheville, Carolina del Norte, partes de la ciudad quedaron sumergidas bajo el agua.
Las autoridades han reportado cientos de rescates, incluyendo la evacuación en helicóptero de pacientes y personal de un hospital en Tennessee. Las comunicaciones se han visto afectadas debido a la caída de torres de telefonía celular, dificultando los esfuerzos de rescate y comunicación con familiares.
El impacto económico de Helene se estima en decenas de miles de millones de dólares, con daños a infraestructuras, viviendas y negocios. La tormenta ha sido descrita como una de las peores en décadas para la región.
La temporada de huracanes en el Atlántico ha sido especialmente activa este año, con temperaturas oceánicas récord que favorecen la formación de tormentas más intensas. Helene es la octava tormenta con nombre de esta temporada, y se espera que continúe la actividad ciclónica en las próximas semanas.
