A toda velocidad, el japonés Tomo Otosaka ha sido líder en bases robadas en las dos últimas temporadas del béisbol venezolano y ahora apuesta por un campeonato y, con ello, la Serie del Caribe.
«Yo creo que el robo de bases es muy valioso, precioso», dijo a la AFP este outfielder de 29 años, sonriente, al terminar una práctica de bateo en el Estadio Universitario, en Caracas, con los Bravos de Margarita.
Otosaka encabezó la Liga Venezolana de Béisbol Profesional (LVBP) en almohadillas estafadas, con 15 en 50 juegos, en la temporada 2022-2023 y repitió su dominio, con 17 en 52 cotejos, en la 2023-2024.
Los Bravos alcanzaron esta vez el round robin semifinal, tras quedar eliminados en el curso anterior cuando buscaban un cupo en un juego por el comodín. El equipo de la turística isla de Margarita, local en Caracas en esta zafra, tuvo un buen arranque en los playoffs, al ganar sus dos primeras presentaciones, aunque encajó un revés el viernes.
«Me alegro mucho (por el liderato en bases robadas), pero si el equipo, Bravos, gana, estoy más alegre», expresó, combinando palabras en inglés y en español, este pelotero que jugó ocho temporadas con los Yokohama Baystars en su natal Japón.
Su llegada a Venezuela ha tenido alto impacto.
Bateó para .327 (64 hits en 196 turnos) en la fase regular de la actual campaña y había dejado average de .333 (64 hits en 192 viajes al plato) en la pasada. Se convirtió en el segundo pelotero en la historia de los Bravos que llega a 100 inatrapables en sus primeras dos temporadas en la LVBP, después del estadounidense Cade Gotta.
Y su velocidad le ayuda a sumar extrabases.
Conectó cuatro triples en este curso y cuatro en el anterior, siendo en ambos casos ‘Top-3’ en el circuito venezolano (2° y 3°).
«Es un jugador con una gran capacidad de adaptación. Desde que llegó a Venezuela el año pasado ha tenido sentido de pertenencia (…). De no ser por el lenguaje, pasaría como un venezolano más», subraya José Manuel Fernández, gerente deportivo del equipo insular. «Si no te rinde robándose una base, o bateando, te rinde defensivamente. Tiene muchos detalles para ayudarte de forma diaria».
Otosaka tiene igualmente experiencia en México, con Yaquis de Ciudad Obregón en invierno y Bravos de León y Saraperos del Saltillo en verano.
– Miami en la mira –
«Todos los días trataba de ayudar para que el equipo estuviese en los playoffs y ahora que estamos en los playoffs me siento muy bien», comentó Otosaka, habitual primer bate en la alineación.
Bravos de Margarita es el único club de los ocho que compiten en la LVBP que jamás ha disputado una final, pero el japonés apunta lejos.
«Cada juego ganamos confianza para llegar a la final… ¡y Miami!», lanza entre risas, refiriéndose a la Serie del Caribe, torneo entre los campeones de las ligas del beísbol invernal caribeño que este año se disputará en esa ciudad estadounidense.
Disfruta, mientras, su estadía en Venezuela.
«El béisbol japonés es nervioso, muy serio, cada ‘break’ (entre innings) es serio, no hay diversión, no como acá», suelta con otra carcajada.
© Agence France-Presse