Los Ángeles, California.- Karen Bass, alcaldesa de Los Ángeles, confirmó este martes que se levantará el toque de queda que había sido establecido hace una semana en el centro urbano, tras notar una significativa disminución en los incidentes violentos durante las protestas contra las redadas migratorias ordenadas por el gobierno de Donald Trump.
La decisión llega en un contexto de creciente tensión entre las autoridades locales y la administración federal, principalmente por el control de las tropas desplegadas en California.
El toque de queda fue implementado el 10 de junio con el objetivo de contener disturbios nocturnos que incluyeron saqueos, vandalismo y enfrentamientos con las fuerzas policiales en las cercanías de centros de detención federal. Bass explicó que esta medida fue efectiva para evitar daños mayores en comercios y vecindarios, aunque advirtió que podría volver si la situación vuelve a desbordarse.
“Mi prioridad sigue siendo la protección de nuestros ciudadanos y el mantenimiento del orden, frente al caos que llega desde Washington”, afirmó la alcaldesa en una rueda de prensa.
El Departamento de Policía de Los Ángeles informó que durante el domingo no se registraron arrestos y que los enfrentamientos y actos violentos han ido disminuyendo progresivamente en intensidad.
Por su parte, la administración del presidente Trump reforzó su presencia en la ciudad, enviando a unos 700 efectivos entre marines y miembros de la Guardia Nacional, pese a la oposición de las autoridades locales. Además, el mandatario ordenó a las agencias federales enfocarse en acelerar las deportaciones en ciudades gobernadas por demócratas.
La disputa legal sobre quién tiene el control de las tropas sigue en marcha. Un tribunal compuesto por tres jueces analiza si el gobierno federal debe devolver el mando militar a California. La decisión coincide con la presentación de nuevos cargos penales relacionados con los disturbios durante las protestas.
