Las confesiones de los fieles a los sacerdotes seguirán siendo confidenciales, incluso si se aprueba la nueva ley de seguridad nacional en Hong Kong, declaró el viernes la diócesis católica de la ciudad.
El texto, propuesto por las autoridades de Hong Kong, debe completar la ley de seguridad nacional impuesta por Pekín en 2020, tras las multitudinarias manifestaciones a favor de la democracia en el territorio.
Está previsto que el Consejo Legislativo de la ciudad lo apruebe en los próximos días, e incluye penas de 14 años de prisión a toda persona que no haya denunciado a sabiendas un acto de traición.
La diócesis católica de Hong Kong declaró en un comunicado que «reconoce que los ciudadanos tienen la obligación de garantizar la seguridad nacional», pero que la nueva ley no puede «alterar el carácter confidencial de la confesión».
La diócesis declaró a la AFP que había «expresado su punto de vista» sobre la nueva legislación, pero que no deseaba hacer pública su posición.
El grupo de derechos humanos Hong Kong Watch, con sede en el Reino Unido, había declarado anteriormente que esta categoría de delito «amenaza directamente la libertad religiosa», ya que obligaría a los sacerdotes a revelar el contenido de las confesiones de los fieles.
Las autoridades de Hong Kong la defendieron, afirmando que ya existía en el sistema jurídico de la ciudad y que anteriormente se la conocía como «encubrimiento de traición».
El secretario de Justicia, Paul Lam, declaró la semana pasada que «sería muy difícil hacer excepciones» para ciertas categorías de personas, como el clero o los trabajadores sociales.
Por su parte, el gobierno aseguró que esta medida no tiene «nada que ver con la libertad religiosa».
De los 7,5 millones de personas que viven en Hong Kong, alrededor de 390.000 son de confesión católica, según la diócesis de la ciudad.
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