La I-40, una arteria vital para el transporte entre ambos estados, permanece cerrada en un tramo de 43 millas debido a los severos daños sufridos. Tanto el Departamento de Transporte de Carolina del Norte (NCDOT) como el de Tennessee (TDOT) han informado que la reapertura de esta vía es incierta y podría tomar varios meses, incluso años.
La I-26 también se encuentra cerrada en un punto cercano a la frontera estatal, y se espera un impacto significativo en el tráfico.
Los daños a la infraestructura vial son tan extensos que han obligado a cerrar numerosos puentes en la región. Algunos han sido completamente destruidos, mientras que otros requieren reparaciones mayores. Las autoridades estiman que los costos de reparación ascenderán a cientos de millones de dólares y que la recuperación total llevará varios meses.
Para los viajeros, las consecuencias de estos cierres son significativas. Se han establecido rutas alternativas, pero estas implican desvíos considerables y pueden aumentar significativamente el tiempo de viaje.
Tanto el NCDOT como el TDOT están trabajando arduamente para evaluar los daños, retirar escombros y llevar a cabo las reparaciones necesarias. Sin embargo, la magnitud de la tarea es tal que la recuperación completa llevará tiempo.
