Ricky Alderete, el hombre responsable del robo y posterior destrucción de una estatua de bronce de Jackie Robinson en Wichita, Kansas, fue condenado a casi 15 años de prisión. El vandalismo, ocurrido en enero, conmocionó a la comunidad y generó una ola de indignación.
Alderete se declaró culpable de los cargos relacionados con el robo de la estatua, la cual fue encontrada días después en un bote de basura, reducida a cenizas. Además de la pena por el robo de la estatua, el juez le impuso una sentencia más severa por un robo con agravantes cometido poco después.
La adicción al fentanilo, según confesó Alderete en la corte, fue el detonante de sus acciones. A pesar de expresar arrepentimiento y vergüenza, el daño causado a un símbolo tan importante para la comunidad afroamericana y el deporte es irreparable.
La comunidad de Wichita se ha unido para honrar la memoria de Jackie Robinson y reemplazar la estatua destruida. Gracias a generosas donaciones, entre ellas una importante contribución de las Grandes Ligas de Béisbol, se ha logrado crear una nueva escultura que será develada el próximo lunes. Se espera la presencia de figuras destacadas del béisbol como Joe Torre y CC Sabathia para conmemorar este evento.
Los zapatos de bronce de la estatua original, que quedaron abandonados en el lugar del robo, han encontrado un nuevo hogar en el Museo de Béisbol de las Ligas Negras en Kansas City. Este gesto busca preservar el legado de Robinson y mantener viva su historia.
Jackie Robinson, quien rompió la barrera racial en las Grandes Ligas en 1947, es considerado un ícono tanto del deporte como de los derechos civiles. Su legado continúa inspirando a nuevas generaciones de jugadores y activistas.
